¡Un like para subir de nivel! - Capítulo 292

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“Entréguenme el informe del Servicio Nacional de Inteligencia.”

“Aquí tiene, señor,” dijo el Sr. Kim mientras le pasaba una tableta.

“Hmm… Más que luchas internas, parece que alguien se encargó de cazar a las sociedades secretas…”

“Supongo que fue una misión de un Dios.”

“Entonces, ¿no quedan sociedades secretas en Corea ahora mismo, correcto?”

“No, señor.”

“Eso significa que nadie sabía nada sobre el fin del mundo antes de esto… Bueno, sin importar quién lo supiera, el punto es que Um Ji-Cheok parece estar diciendo la verdad.”

“También coincide con la información que hemos recibido del Servicio Nacional de Inteligencia. El Ministerio de Industria de Monstruos también lo ha confirmado.”

“¿Y la opinión pública?”

“Lo que estamos viendo ahora es solo una reacción inicial, señor. Tomará algo de tiempo antes de que se forme una opinión real.”

“Necesito que la vigilen. Estén atentos a los medios. Esto… es un asunto de seguridad nacional. Además, contacten con Um Ji-Cheok y tráiganlo.”

“¿Desea hablar con él personalmente, señor?”

“Sí. Necesito saber exactamente qué planea hacer este chico.”

El Presidente clavó la mirada en la pared.

⁎ ⁎ ⁎

«La respuesta a su transmisión en vivo es muy fuerte, Maestro. Además, estamos recibiendo muchísimos Me Gusta a cambio.»

Cheok-Liang informó cuando Ji-Cheok terminó el directo. Él ya lo había sentido con su intuición: durante la transmisión, quinientos millones de Me Gusta se acumularon en lo que pareció un instante.

‘Vaya, ahora entiendo por qué los cultos funcionan tan bien con sus teorías del apocalipsis. La diferencia es que las suyas son falsas… y la mía es real.’

Después de guardar la transmisión y subirla a GodTube, el número de Me Gusta y visualizaciones aumentaba exponencialmente.

‘¡Estas Escamas de la Verdad y el Poder de la Verdad son realmente efectivos!’

«El secretario del presidente se ha puesto en contacto conmigo y quiere verlo urgentemente.»

“Parece que nuestro gobierno no sabe qué hacer.”

«No son los únicos. También estamos recibiendo llamadas de países extranjeros, incluyendo Japón, China, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y otras grandes potencias. ¿Qué desea que haga?»

“Quiero que tú te encargues.”

Ante sus palabras, Cheok-Liang guardó silencio un momento.

«¿Me está delegando autoridad total?»

“Sí. Si no confío en ti, ¿en quién se supone que voy a confiar? Puedes negociar con ellos o mandarlos al diablo, confío en ti. Mientras tanto, yo estaré fabricando el equipo para proteger Corea.”

«Maestro…»

“No hay tiempo para ponerse sentimental. Volvamos al trabajo. Tenemos mucho que hacer.”

«¡Sí, Maestro!»

Ji-Cheok compartía habilidades con Cheok-Liang. Gracias a eso, el zorro fennec también podía usar las habilidades artesanales de Ji-Cheok, y al haberse convertido en un espíritu electrónico, su poder de cómputo se había multiplicado, permitiéndole manejar decenas de tareas a la vez.

Como resultado, el Monte Kunlun se estaba transformando rápidamente en una fortaleza, y además Ji-Cheok estaba adquiriendo bienes raíces por todo Corea.

El motivo de estas compras era instalar escudos de área amplia y torretas defensivas, algo mucho más sencillo de hacer en terreno propio. Si había vecindarios habitados, compraba un terreno cercano y enviaba trabajadores de inmediato para iniciar las obras.

Cheok-Liang utilizaba su dinero y sus habilidades. Era un proceso rápido porque trabajaba junto al director Gyeong-Yeong. En un máximo de tres meses, habría instalaciones y equipos en cada rincón del país.

Cheok-Liang hacía todo esto mientras negociaba con funcionarios del gobierno.

Sin embargo, ese era el límite de lo que podía lograr. Solo podía hacerlo porque se trataba de su propio país. Después, Ji-Cheok decidió encargarse personalmente de Filipinas, donde el Clan Tama se había convertido en su vasallo.

Contactó con el Clan Tama, recibió las coordenadas y atravesó el espacio.

Llegó a una sala de control bien decorada. Había grandes pantallas por todas partes y personas trabajando frenéticamente en computadoras. Entre los presentes, solo tres se adelantaron para saludarlo.

“Oh… Nuestro Señor ha descendido sobre nosotros…”

Macaw el Carbón Blanco, que se parecía más a un Ent que a un humano, aún no tenía intención de regresar a su forma humana. Se levantó para inclinarse ante Ji-Cheok, pero este lo detuvo apresuradamente.

“Vamos, no hace falta,” dijo Ji-Cheok. “No me gusta ese tipo de reverencia excesiva, así que por favor, no te inclines.”

“Si usted lo dice, mi Señor, obedeceré.”

“Bien. ¿Entonces ustedes tres van a trabajar conmigo?”

Se trataba de Daniel Enzo, Bernade Itum y Macaw.

“Nosotros dos permaneceremos aquí para supervisar la situación, y Bernade se encargará de acompañarlo, mi Señor.”

“Perfecto. Les explicaré todo mientras nos movemos. Les deseo suerte a ustedes también.”

Con eso, se despidió y salió junto a Bernade. Al dejar la sala de control, Ji-Cheok solo vio árboles y más árboles. Frente a ellos había una carretera bastante grande, aunque sabía que esa zona no era muy conocida por el público.

“Sé que es la primera vez que trabajamos juntos, pero no tenemos mucho tiempo, así que saltemos las charlas de cortesía, ¿te parece?” preguntó Ji-Cheok.

“Está bien por mí.”

“Excelente. Empecemos aquí.”

Volaron y aterrizaron en el techo del edificio.

“Ya he preparado un sitio para usted aquí,” dijo Bernade, señalando un espacio vacío en el centro del techo.

Ji-Cheok sacó materiales de su Bolsa de Sombras y usó sus Me Gusta.

¡Flash!

Impulsados por la energía generada por los Me Gusta, los materiales se fusionaron, formando una aguja. Tenía una esfera redonda en la punta y tres cuernos sobresalían de ella.

De toda la estructura emergían cañones. Algunos disparaban maná que tomaba la forma de un escudo protector; otros podían generar rayos, y los últimos lanzaban Balas de Maná.

Con esas funciones, podía aniquilar cualquier cantidad de monstruos.

“Así que esta es la aguja que protegerá a la humanidad. ¿Quién la diseñó? ¿Usted, mi Señor? ¿O…?”

“Yo la diseñé.”

Bueno, en realidad la había diseñado Cheok-Liang. Había construido otras cosas junto a Ji-Cheok antes, y también había obtenido muchos planos de Bi-Ga. Cheok-Liang quiso crear algo extremadamente poderoso y prácticamente indestructible, maximizando tanto la defensa de los aliados como la eliminación de los enemigos.

Ese fue el resultado: un equipo que ofrecía protección y ataque al mismo tiempo. Ji-Cheok lamentaba no haber incluido una función de curación, pero eso habría aumentado demasiado el costo y el tiempo de producción, así que lo descartó.

En Corea, las fábricas que había fundado ya estaban produciendo estas agujas, y Jungjin se encargaba de transportarlas e instalarlas por todo el país.

Sin embargo, en Filipinas no podían fabricar suficientes, lo que significaba que no lograrían instalarlas a tiempo.

Por eso Ji-Cheok estaba allí.

“¿Cómo se llama esta cosa?”

“Puedes llamarla el Gran General de la Protección.[1] Así que, Bernade…”

“Sí, mi Señor.”

“Tú guías el camino. Iremos instalando estas cosas en todos los lugares a los que la gente común no pueda llegar.”

Él mismo iba a instalarlas, usando sus Me Gusta.

‘¡Déjenme mostrarles lo que es una defensa de torretas espaciales, bastardos!’

⁎ ⁎ ⁎

Mientras Ji-Cheok ejecutaba sus planes, el panorama político mundial también estaba cambiando. Su transmisión anterior tenía el potencial de sacudir al planeta entero.

Los países, desde las llamadas superpotencias hasta los en desarrollo, se apresuraban a verificar la veracidad del anuncio de Ji-Cheok. Algunos llegaron a conclusiones rápidamente y emitieron comunicados públicos.

“Queridos ciudadanos, el mundo atraviesa una crisis sin precedentes. La horrorosa catástrofe en Nueva Jersey fue solo el comienzo, y a este paso, seremos los últimos de la raza humana.”

Golpeó su puño con fuerza para transmitir emoción. Normalmente, eso habría sido simple retórica política, pero esta vez era distinto.

No le importaba si era temporada electoral o no. La humanidad estaba al borde de la extinción, y nada motivaba más a la gente que la amenaza de una muerte inminente.

“Sin embargo, no podemos caer así. Defenderemos la libertad. Defenderemos el mundo. Una vez más, lucharemos contra el mal y venceremos. ¡Una vez más, haremos grande a América! ¡Haremos gloriosa a América!”

“Libertad, Igualdad, Fraternidad. La primera democracia del mundo, la defenderemos sin importar…”

“Por la paz y el bienestar del pueblo, por su vida feliz, nosotros…”

Tres de las grandes potencias declararon estado de emergencia y anunciaron planes para asignar fondos adicionales al fortalecimiento de sus territorios.

Algunos países decidieron fabricar armas no tripuladas a gran escala, mientras que otros optaron por crear múltiples capas de defensa aérea. Algunos incluso decidieron importar enormes cantidades de los Grandes Generales de la Protección desde las fábricas de Ji-Cheok.

Cuando una superpotencia tomaba medidas tan drásticas, todos entendían que la situación era grave. Ningún gobierno sensato implementaría semejantes políticas basadas solo en rumores o teorías sin fundamento.

Así, la abrumadora mayoría de la humanidad comprendió que el fin del mundo estaba realmente cerca.

Lo que siguió fue puro caos.

⁎ ⁎ ⁎

“¡Fuera de aquí! ¡Esto es mío!”

“¡Suéltame!”

En algún país extranjero, un enorme supermercado con estacionamiento para decenas de autos se extendía sobre una gran parcela de tierra. Antes era un lugar iluminado con coloridos letreros de neón donde la gente entraba tranquilamente a comprar… pero ahora, la mitad de los letreros estaban rotos y las chispas saltaban por doquier.

Las puertas de vidrio estaban hechas añicos, y la gente corría dentro y fuera del edificio como una horda de zombis.

Era básicamente un motín. La multitud no estaba allí para comprar, sino para saquear. Hacían lo que fuera para apoderarse de cualquier cosa: papel higiénico, agua embotellada, alimentos no perecederos, latas, comidas listas para calentar.

Había peleas por todas partes; algunos se golpeaban, otros incluso sacaban armas. Las manchas rojas en el suelo no provenían de salsa de tomate.

¡Bang!

“¡AAAH!”

“¡Oh, Dios mío!”

Alguien acababa de disparar a otro. El tirador, con el rostro endurecido, gritó: “¡Apártense al carajo si no quieren un agujero en la cabeza!”

El hombre llevaba una gran mochila cargada hasta el tope, tanto que ni siquiera cerraba bien. Empujaba además un carrito lleno de comida y otros artículos.

Apartó la vista del hombre que acababa de matar, cuyo cuerpo yacía en un charco de sangre, y empezó a gritarles a los demás.

Los presentes retrocedieron con miedo.

“¡Vete al infierno!”

¡Bang!

Alguien detrás del hombre le disparó por la espalda. Mientras caía, otro agarró su carrito y salió corriendo. Pero no llegó lejos. Había demasiada gente, y pronto los disparos comenzaron a resonar por todas partes.

[1] Probablemente una referencia a los Jangseung, tótems guardianes tradicionales que se erigen a la entrada de las aldeas en Corea. ☜

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