Transmisiones del Arquero Genio - Temporada 3: Capítulo 816
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- Temporada 3: Capítulo 816 - Corrientes (1)
Tan pronto comenzó la transmisión del partido, una cantidad récord de espectadores se agolpó para ver.
— Tum, tum, tum.
— Por fin.
— Vi Fake National Team y me vine directo, qué buen timing, jaja.
— Wow.
— ¡Ahora sí!
El chat se trabó desde el inicio, pero no era lo único que se estaba saturando. El recinto entero estaba desbordado, y la multitud a veces se detenía por completo.
“¡Por favor, no empujen! ¡Formen una fila! ¡Ustedes allá, no empujen!”
“Ah, caray…”
“Esto está loco… ¿Cabrá toda esta gente?”
La multitud que llegó a ver el partido era tan grande que estaba fuera de control. Aunque el número de asientos seguía igual, la expectativa por este encuentro superaba incluso la del Corea-Japón.
“No son solo los espectadores. También hay un evento de apoyo callejero en el parque de al lado. El estadio tiene que manejar eso también…”
Un gran parque junto al estadio había instalado una pantalla gigante para un evento de apoyo. El Chinatown cercano organizó el evento, atrayendo a una enorme multitud, en su mayoría china.
“… Wow, esta popularidad está fuera de serie.”
El personal japonés quedó pasmado al ver la ola de personas que se juntaban como nubes. La popularidad del partido Corea-China superaba toda imaginación, especialmente cuando—
“¡Ahí viene la selección nacional!”
“¿¡La selección!?”
“¡Mira, es Liu Bei!”
Cuando llegó el autobús del equipo chino, los rostros del personal japonés palidecieron.
“¡Waaaaaaaah!”
Apenas habían logrado controlar la fila, pero los fans chinos saltaron las vallas y corrieron hacia los jugadores.
“¡No, por allá!”
“¡Si no hacen fila, los vamos a regresar al inicio!”
“¡Ahhh! ¡No empujen!”
La multitud ya no se podía controlar. Se lanzaban hacia los jugadores como si no vieran nada más.
“… Qué espectáculo.”
Desde lejos, Ju-Hyeok observaba con los brazos cruzados cómo se desataba el caos.
“Chsk, chsk.”
Chasqueó la lengua, pero en el fondo los envidiaba.
‘La mercancía se va a vender como pan caliente.’
El partido Corea-China se sentía tan importante como, si no más, que el Corea-Japón. Al ser países vecinos, naturalmente surgían tensiones, y los partidos entre naciones vecinas siempre atraían atención. Esto no solo pasaba en Corea, era común en todo el mundo.
Sin embargo, este partido tenía un significado especial. China estaba clasificada tercera en el mundo, mientras que Corea era la cenicienta del torneo. China había llegado invicta, mientras que Corea subió a punta de lucha, dejando sangre en el camino.
Ese contraste tan marcado atrajo el interés no solo de coreanos y chinos, sino también de espectadores internacionales. Algunos incluso estaban más emocionados por este partido que por el Roma vs Mongolia, los dos primeros del ranking.
Todo esto hizo que las entradas para este partido fueran de las más peleadas en la historia. La razón principal del frenesí era que el partido se realizaba en Japón.
Muchos coreanos y chinos viajaban con frecuencia a Japón como turistas. En otras palabras, era muy fácil asistir en persona. Naturalmente, esto significaba que más personas tratarían de conseguir boletos.
[Última hora: entradas del Corea-China se agotan en 57 segundos]
[¿¡Qué onda, ya no hay boletos en taquilla!?]
[¿¡Esto de los boletos está imposible!?]
[¡Ahí viene la estampida, jaja!]
La competencia por boletos era una batalla de velocidad de internet. Quienes no lograban conseguir entrada, terminaban organizando eventos callejeros en el parque junto al estadio, y eso que ni siquiera estaban en su país.
Los fans chinos del Civil Empire mostraron por completo su poder económico y lealtad. Esto generó algo de preocupación en Embul:
[Me preocupa que haya pocos coreanos entre el público esta vez…]
[¿Nos van a opacar con su número?]
[Después del boom tras el Corea-Japón, creo que más coreanos irán… pero esos fans están intensos…]
Dentro del vestidor, Hui-Chul tenía el micrófono en la mano y hablaba con los jugadores.
“Prepárense mentalmente.”
Su advertencia no era diferente a las preocupaciones en Embul.
“Puede que la mayoría del público sea chino. Y… no se dejen afectar por los abucheos, insultos u otras distracciones.”
Hablaba como veterano de Civil Empire que ya había enfrentado a los fans chinos muchas veces. Los jugadores asintieron con expresiones serias, especialmente Carrot, cuya mirada se endureció tras la decepción que le causó su amiga china en el hotel.
“Bueno, y…”
Tras checar las caras del equipo, Hui-Chul asintió y subió al estrado.
“Lo juro por mi carrera en Civil Empire…”
De pronto, declaró que apostaba su carrera.
“¡Aunque su público sea cien y el nuestro cero, no importa nada!”
Intentaba encender el ánimo del equipo una última vez.
“¡Aunque estén en tercer lugar y nosotros seamos los últimos, no importa!”
Los ojos de los jugadores empezaban a brillar. China era un rival fuerte, pero Hui-Chul alzó la voz con convicción.
“¡Nunca hemos tenido un partido fácil!”
Quería hacerles ver lo que habían logrado. A veces, los héroes no se dan cuenta de cuán lejos han llegado.
“¿Qué pasó con todos los equipos que nos enfrentaron?”
Corea jamás fue el favorito. Sin embargo, todos los que estaban por encima ya no seguían en el torneo.
“¡Los vencimos a todos! ¿¡Creen que fue suerte!?”
No, no lo fue.
“¡Somos fuertes! ¿¡Pero lo fuimos desde el principio!? ¿¡Hubiéramos vencido a Japón si nos tocaban en las clasificatorias!?”
No, no lo habrían hecho.
“¡No! ¡Por eso nos volvimos más fuertes! ¡Y ahora! Lo juro por todo… ¡somos mejores que China! ¡No importa lo que digan los expertos y los foros!”
Los corazones de los jugadores latían con fuerza. Sus ojos temblaban de sorpresa. Hui-Chul jamás había sido tan directo.
“¡Hemos crecido! ¡Seguimos creciendo! ¡Y ya los superamos! ¡¡Así que vayan y aplástenlos!!”
Con ese grito, los jugadores se pusieron de pie con un rugido.
“¡¡¡Waaaaaah!!!”
“¡Vamosssss!”
En ese momento entró el staff a avisar que era hora de entrar a la arena.
“¡¡¡Waaaaaah!!!”
Los vítores estremecían el suelo. La energía superaba incluso la del Corea-Japón. Aunque Hui-Chul les dijo que no se distrajeran, los jugadores miraban instintivamente a las gradas. Sang-Hyeon no fue la excepción.
‘¿Eh?’
Ahora que lo pensaba, tanto China como Corea usaban uniforme rojo en las gradas. Parecía imposible diferenciarlos, pero él sí pudo.
‘¿Blanco?’
Vio una sección blanca. ¿Quiénes eran? ¿Los chinos? Entonces, de repente, comenzaron a ondear banderas blancas de Corea. Solo entonces entendió: los coreanos habían coordinado usar blanco.
‘…’
Sang-Hyeon tragó saliva. Si los coreanos también hubieran usado rojo, habría creído que el estadio estaba lleno de chinos. Pero el equipo de apoyo coreano ya había dado un aviso el día que se anunció el partido:
[Aviso: el uniforme para apoyar en el partido Corea-China será blanco.]
Como los uniformes de Monster ya eran blancos, fue fácil coordinarlo. Además, al usar el mismo color que los jugadores, se unificaban. Las ventas de uniformes se dispararon.
Ahora Sang-Hyeon sabía cuántos coreanos habían venido. Miró a su alrededor.
“…?”
Por más que giraba, la sección blanca no terminaba.
“¿Qué demonios…?”
“¡Y ahora! ¡Los jugadores están entrando! ¡Por favor, recíbanlos con aplausos y porras!”
Al grito del caster, OrangeKing comenzó a comentar el ambiente.
“Wow. Honestamente pensé que la mayoría del público sería chino para este partido Corea-China.”
“¡Ah, sí! ¡Por su mercado tan grande y su fama por el apoyo masivo!”
“¡Exacto! Como jugador de Civil Empire, sé del poder de los fans chinos. ¡Pero miren esto!”
La cámara mostró la sección blanca de los coreanos. No tenía fin, llenaba el cuadro más allá de los límites.
“¿¡Como dos tercios del público es coreano!?”
“¡Así es! ¡Solo con ver este mar blanco, claramente superamos en número a los chinos!”
— ¿¡Es real!?
— ¿¡Les ganaron en los boletos!?
— ¡Jajajaja, qué locura!
— ¿Será por eso que los fans chinos están afuera?
— ¡¡Corea ganó la guerra de boletos!!
— ¿Dónde están los hackers chinos, jaja?
— “Golden Shield.”
“¡Esto es Corea! ¡La tierra del ticketing! ¡La tierra del amanecer silencioso! ¡Silencioso porque todos salen a formarse de madrugada!”
“El país del que madruga y se forma primero. ¡Así es!”
Había una razón técnica.
“Dicen que hay algo llamado diferencia de ping, ¿cierto?”
De hecho, todo dependía de unos milisegundos de diferencia. Corea estaba mucho más cerca de Japón en términos de conectividad, además de tener mejor internet y computadoras.
— ¡El poder de la IT!
— ¡Diferencia de ping, jaja!
— ¡Si te arde, vete a vivir junto a Japón y sufre la guerra Imjin, jaja!
— Jajaja, ¿cómo vas a hacer ticketing desde un país donde ni YouTube abre?
Gracias a esto, la diferencia de número de aficionados era clara. Incluso los vítores tenían más fuerza del lado coreano.
“Pero hay algo aún más impactante.”
OrangeKing dejó caer otra bomba.
“¿En serio? ¿Qué cosa?”
“Los fans chinos que consiguieron boleto… todos viven en Japón.”
“……”
Sólo los fans chinos residentes en Japón llenaban un tercio del estadio.
— ¡¿Quéeee?!
— Jajaja, locura total
— Solo usamos el 10% de nuestro poder, jaja
— Así que era eso…
— Ticketing local, lol
“¡Ahora! ¡Los jugadores entran a sus cápsulas!”
Mientras tanto, los jugadores terminaron de entrar.
“¡La competencia nacional! ¡Semifinales!”
El caster respiró hondo y se levantó de su asiento.
“¡Corea contra China! ¡China contra Corea! ¡¡Empieza el primer juego que todos esperaban!!”
“¡¡¡Waaaaaaaah!!!”
Con el rugido del público, un mapa holográfico comenzó a materializarse.
— Tum, tum, tum.
— ¡Vamooos~!
— La neta no espero mucho, pero ¡vamos!
— ¡Aunque quedemos cuartos, ya es un logro~!
— ¡Dale!
¡Boom…!
Rocas irregulares emergieron formando una cadena montañosa, mientras el agua llenaba el valle.
[La Garganta Traicionera]
Corea enfrentaría por primera vez a China en este campo de batalla.
Nota del traductor: Liu Bei es un general famoso de la historia de los Tres Reinos. Es básicamente el Napoleón de China.