Reencarnado como un Árbol Divino - Capítulo 217
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- Capítulo 217 - Gran Transformación
【Nombre: Ji Yang】
【Raza: Árbol Langosta del Inframundo】
【Vitalidad: 1780】
【Habilidades Divinas: Ojo de la Perspicacia, Progreso de Dan Inverso, Percepción a Ciegas, Condensación del Alma, Armadura Protectora, Tierra Roja de Mil Li, Despertar Espiritual, Primavera del Madero Marchito】
【Técnicas de Cultivo: Eclipse Lunar, Reunión del Yin, Cuerpo Dorado de Incienso, Devorar Espíritu, Eclipse Solar】
【Técnicas de Combate: Puño del Gran Ancestro, Espada de las Siete Emociones y Seis Deseos (fragmentada) (una transmisión disponible), Sello Taiyi (una transmisión disponible), Puño de las Siete Estrellas del Gran Carro (una transmisión disponible), Palma del Viento Yin Venenoso (una transmisión disponible)】
【Sangre y Qi: 500 (convertible en vitalidad)】
【Energía Espiritual: 62】
【Puntos de Simulación: 30】
【Técnicas Deducibles Disponibles】
【Estado: Absorbiendo Esencia Solar…】
Dos meses de cultivo silencioso habían vuelto a empujar la vitalidad de Ji Yang a un nuevo pico. Con cada ascenso, su conciencia se expandía, rozando los límites de su propio ser y vislumbrando la inmensidad del camino que tenía por delante. Esa sensación despertó algo en su interior—una comprensión profunda, una intuición que se volvió un deseo imposible de contener.
Sin dudar, Ji Yang comenzó a convertir su sangre y qi en vitalidad. Las reservas que aún tenía provenían del Gran Sacrificio y de las ofrendas del clan durante esos dos meses. Había planeado conservarlas para futuras simulaciones, pero ya no podía darse el lujo de la precaución. Tenía una premonición—esta vez, rompería sus límites y alcanzaría un nuevo reino. Además, sus reservas eran abundantes; las simulaciones nunca agotarían todo.
Al iniciar la conversión, su vitalidad comenzó a elevarse con una fuerza violenta.
1781… 1785… 1800… 1850… 1900… 2000.
Cuando el conteo alcanzó los dos mil, Ji Yang se detuvo. Al principio, nada ocurrió, y una sombra de duda cruzó su mente. ¿Acaso había interpretado mal las señales?
La respuesta llegó un instante después. El suelo mismo comenzó a temblar. Su tronco vibró, no desde el interior, sino desde las raíces bajo tierra. Lo que antes se extendía lentamente, ahora estallaba con una fuerza frenética, surgiendo como venas de fuego que atravesaban la tierra.
Las raíces en expansión sacudieron el terreno, enviando ondas por toda la superficie. Al mismo tiempo, su tronco empezó su propia transformación. Antes medía apenas cuatro o cinco metros, pero ahora se alzaba hacia el cielo sin restricciones. Mientras crecía, las marcas grabadas en su corteza —grabados formados por antiguas técnicas marciales— comenzaron a brillar tenuemente, como si se despertaran de un largo sueño.
Seis metros… siete… ocho… nueve. El crecimiento fue rápido, y con él, su copa frondosa empezó a adelgazar.
Pero el cambio no terminó ahí. Brotes tiernos emergieron del tronco alargado, llenando los huecos. En un abrir y cerrar de ojos, se hincharon en ramas, se engrosaron y se desplegaron en brazos completos coronados por hojas oscuras de langosta. Lo que a cualquier árbol le habría tomado años, se completó en unos cuantos alientos.
Ji Yang activó rápidamente su habilidad de Crecimiento Libre, guiando el proceso antes de que se descontrolara. Como ya se había recordado antes, la altura no equivalía a fuerza, y crecer demasiado rápido solo podía traer peligro.
Aun así, pese a su contención, el tronco superó los diez metros antes de detenerse finalmente. En las montañas salvajes aquella altura no era nada impresionante, pero en el santuario ancestral del clan, el tronco del grosor de un barril se erguía con imponencia, imposible de pasar por alto.
Extendió sus ramas hacia los lados, espesando su copa para verse más equilibrado. Al examinar sus raíces, Ji Yang se sorprendió: su alcance se había extendido mucho más de lo que había imaginado. Lo que antes apenas superaba los límites del clan, ahora se dirigía hacia los campos fértiles. En un instante había abarcado varios cientos de metros.
Fuera del santuario, Chen Xingzhen se dirigía allí cuando sintió el temblor. Llegó justo a tiempo para presenciar la transformación.
Por un momento, se quedó paralizado, y luego su rostro se iluminó de alegría. El cambio del Árbol Divino era una bendición tan grande como los avances de Tianyu y Tianjing al Reino Innato. Al entrar al salón, vio cómo el crecimiento del árbol había partido el suelo de piedra, las losas fracturadas bajo el tronco en expansión. El santuario ancestral parecía ahora demasiado pequeño para contenerlo. Era evidente que la expansión ya no podía retrasarse.
Tras una ronda de oraciones solemnes, Chen Xingzhen reunió a los clánicos y comenzó a planear la renovación. Esta vez no sería una simple reparación, sino una gran obra. Usarían los nuevos métodos de construcción que Chen Tianquan había traído de la Ciudad Yongán, aprovechando para renovar toda la finca del clan. El momento era perfecto: aún no se había plantado la nueva cosecha de Arroz de Sangre, así que la gente estaba libre para trabajar.
En lo alto, Ji Yang volvió su atención hacia su interior, frunciendo el ceño al notar los restos de sus reservas. Después de la conversión, solo le quedaban sesenta puntos de sangre y qi. Aunque poco, todavía era suficiente. Y si llegaba a faltar, bastarían unas cuantas bestias feroces sacrificadas por el clan para reponerlo. No era un verdadero problema.
Su mirada se posó en la interfaz de simulación, y su mente se volvió pensativa.
Había probado tanto las simulaciones simples como las de diez veces. Las simples eran las más arriesgadas: no podía llevar sus habilidades consigo, y un solo error bastaba para perderlo todo. Sin embargo, consumían muchos menos puntos, lo que le permitía más intentos. A menudo necesitaba varios ensayos antes de que las probabilidades empezaran a inclinarse a su favor.
La simulación de diez veces, en cambio, le permitía conservar sus habilidades. Ofrecía más control y mayores posibilidades de entrar en mapas raros, pero el peligro era mucho mayor. En esos reinos, el riesgo de morir en mitad de la simulación o de no manifestarse por completo era altísimo, y las pérdidas podían ser absolutas.
Comparadas, la simulación simple parecía más segura a largo plazo, aunque con recompensas limitadas. Tras sopesarlo todo, Ji Yang solo pudo reír para sí mismo. Al final, todo dependía de la suerte.
Aun así, podía ver claramente las ventajas de cada una. La fuerza del clan había crecido, pero la verdadera estabilidad aún estaba lejos. Las simulaciones de diez veces requerían demasiados puntos y demasiado tiempo—meses para un solo intento. Las recompensas no se ajustaban a las necesidades actuales del clan.
Las simulaciones simples eran rápidas, pero con riesgos pronunciados y recompensas escasas. Solo en raras ocasiones ofrecían grandes ganancias, y perseguir esa suerte fugaz costaba más de lo que valía.
El camino intermedio, entonces, era el mejor.
Ahorraba tiempo, conservaba puntos y aún ofrecía la posibilidad de obtener mapas raros. Si la fortuna lo favorecía, quizá incluso adquiriría habilidades verdaderamente útiles. En cuanto a las simulaciones de diez veces—esas podrían esperar, hasta que el clan alcanzara la seguridad y abundancia necesarias.