Me convertí en el sucesor del Dios Marcial - Capítulo 29
Park Chan-kyung y Cheon Min-ju.
Los dos discípulos estaban parados frente a Yoo Baek-jun.
—¿Cuánto tiempo lleva que se unieron a la familia?
—Unos dos años para ambos. Aprobamos el Examen de la Espada en ese entonces y hemos estado recibiendo enseñanzas de la Gran Maestra Ja-yeon desde entonces.
El Examen de la Espada.
Una prueba creada por la Familia del Santo de la Espada para seleccionar a los Cazadores que desean unirse como discípulos.
Un examen ideado por el Dios Marcial en tiempos antiguos,
y que se ha transmitido sin cambios hasta el día de hoy.
‘Sobrevivir en un entorno extremo con nada más que una sola espada contra monstruos desde todas direcciones.’
Sin embargo, los enemigos no son solo monstruos.
Dependiendo de la situación, otros discípulos que toman el examen pueden convertirse en aliados… o enemigos.
Una prueba anticuada.
—Jeje, yo apenas si la pasé —dijo Park Chan-kyung, rascándose la cabeza, con el rostro inexpresivo.
—Yo la pasé sin muchos problemas. Aunque me la pasé muriéndome de hambre… pensé que no lo contaba —rió Cheon Min-ju con una sonrisa.
Incluso a simple vista, sus personalidades parecían muy distintas.
—Eh… ¿Joven Amo?
—Llámame “Joven Menor”. Se confundirían si usas el mismo título que para la Instructora Han Seong-ah.
—Ah, sí. Joven Menor. Entonces, ¿a qué portal vamos?
Yoo Baek-jun les explicó en detalle sobre la Puerta N.º 4.
Sus expresiones se endurecieron ligeramente.
—Uhh, suena difícil…
—¿Iremos los cuatro?
—Para ser precisos, cuatro y uno más.
—¿Uno más?
Yoo Baek-jun agitó la mano.
—Informaré a la familia, así que les proveerán de equipo de primer nivel. Reúnan sus provisiones también.
Prepárense hoy y partimos mañana en la mañana.
—Entendido, Joven Menor.
—¡H-haremos nuestro mejor esfuerzo!
Park Chan-kyung y Cheon Min-ju se marcharon.
Probablemente fueron directo a juntar sus cosas. Yoo Baek-jun exhaló mientras los veía irse.
‘Debería asegurarme de tenerlos de mi lado.’
Una vez termine su período de entrenamiento, ascenderán rápidamente a Cazadores de rango A.
No hay razón para no mantenerlos como aliados.
―Ahora puedes aceptar una nueva misión.
Justo cuando pensaba en qué hacer a continuación, apareció una ventana de mensaje frente a sus ojos.
Revisó la misión.
Pelea con alguien que pueda enseñarte algo.
Quizás obtengas alguna iluminación en el proceso, ¿cierto?
―Recompensa: 100P, aumento de estadísticas.
No era una mala misión.
—Debemos terminar los preparativos. Tal vez entrenar un poco hoy… Instructora Han Seong-ah, ¿qué tal un duelo amistoso?
—¿Con usted, Joven Amo? Suena divertido.
Han Seong-ah mostró interés.
Podía ganar puntos y pasar el día entrenando con ella.
Justo cuando pensaba eso…
—¡Joven Amo!
Choi Seung-min vino corriendo.
Yoo Baek-jun se detuvo y lo esperó.
—¿Qué sucede?
—Sobre la persona que me pidió que encontrara antes… Lo localicé. Pero…
—¿Pero?
Choi Seung-min se rascó la mejilla.
—Lo están persiguiendo prestamistas.
—Hmm…
Ya se lo esperaba.
De hecho, eso le venía bien. Dada la situación, las cosas se desarrollarían según sus planes.
—Haremos una parada rápida en Busan antes de ir al portal.
—Sí, ya preparé todo para salir de inmediato.
Pero primero, había otro lugar al que necesitaba ir.
Busan, en una aldea donde el desarrollo está estancado, conocida como “Dal-dong”.
Por su naturaleza, las respuestas a portales son pésimas, lo que hace del lugar un sitio extremadamente duro para vivir.
Y aun así, la gente vive ahí.
¡Tac, tac!
Alguien golpeaba la puerta de una casa destartalada. Un hombre de aspecto rudo y amenazante.
Las personas detrás de él lucían igual de intimidantes.
¡Bam, bam, bam!
—¡Eh, señor Song! ¡Sabemos que está ahí!
El hombre gritó con una voz tan áspera como su apariencia.
Un grito tan fuerte que resonaba por todo el vecindario.
—¡Ambos sabemos que estás adentro, así que sal a hablar como adulto! ¿¡Eh!?
—¡Si no sales, tiraremos la puerta abajo!
El hombre detrás de él parecía a punto de patear el portón.
Entonces, una voz se escuchó desde adentro.
—¡Esto es cobro de deudas ilegal! ¡Causar miedo o intimidación es contra la ley!
—Ah, la ley está lejos, pero mis puños están cerca.
¡Crash!
El hombre rompió la puerta de una patada.
El interior de la casa se reveló, junto con un hombre demacrado temblando de miedo.
—Bueno, bueno, señor Song Hyung-seok. No puedes simplemente pedir prestado y desaparecer así como así.
—¡Y-yo no lo pedí prestado!
—Ah, claro. Tu padre lo hizo. Pero tu nombre también está en el contrato.
Cuando el hombre rugió, Song Hyung-seok se estremeció con fuerza.
—Te prestaron el dinero porque confiaron en ti como Cazador. No puedes simplemente tomarlo y desaparecer.
—Si no tienes dinero, trabaja. ¿No eres un Cazador? ¿Tus brazos son solo de adorno? ¿Eh?
—¡Soy un Cazador de bajo rango! ¡Ni siquiera puedo entrar a los portales! ¡Nunca quise asaltarlos en primer lugar!
Ante eso, los hombres se miraron entre sí.
—¿Espera, eres Cazador y no quieres asaltar portales?
—¡Porque no quiero terminar como mi padre…!
—Déjate de tonterías. No nos importan tus dramas personales.
El hombre al fondo chasqueó la lengua y dio un paso al frente.
Cabeza rapada, tatuajes por todos lados—la imagen viviente de un mafioso.
Su nombre era Lee Beom-cheol.
El líder del grupo de prestamistas.
—Señor Song Hyung-seok, ¿usted cree que sacamos dinero del suelo? El dinero que le prestaron a tu padre… también lo pedimos prestado a superiores.
—¿Y qué?
—Si tú no pagas, nosotros también estamos jodidos. Así que arreglemos esto rápido… ¿¡Entendido!?
¡Thud!
Lee Beom-cheol pateó de pronto el hombro de Song Hyung-seok, estampando su cuerpo contra la pared.
—¡Guh—!
—Si no pagas, la vas a pasar muy mal.
—¡E-esto es ilegal…!
—¿Recuerdas? Mis puños están cerca, la ley lejos.
Una lluvia de violencia indiscriminada cayó sobre Song Hyung-seok.
Lee Beom-cheol y sus secuaces lo golpearon sin piedad a puños y patadas.
—¡Ugh—! ¡Agh—!
—¿Te quebramos como a tu padre, eh? ¡Tú di la palabra!
El plan era romperle el espíritu con una paliza y luego llevárselo. Después de todo, seguía siendo un Cazador—serviría para algo.
Podían venderlo al extranjero o entregarlo a alguna organización criminal por una buena suma.
—¿Qué onda con la puerta? —se escuchó de pronto una voz.
Todos voltearon hacia la entrada.
Un hombre sostenía la puerta rota con cara de incredulidad.
Una mujer lo seguía.
—¿Qué?
—¡Eh! ¡¿Quién eres tú?! ¡Lárgate! ¿¡Sabes dónde estás!?
Era Yoo Baek-jun y Han Seong-ah.
Ambos chasquearon la lengua al ver a los prestamistas gritar.
—Deberían abrir y cerrar puertas como personas civilizadas, no andarlas rompiendo. ¿O son cavernícolas?
—¿Qué?
Los hombres estallaron en carcajadas.
Lo primero que les vino a la mente fue…
‘¿Y este imbécil quién es?’
—Vaya, esos tatuajes con marcas de cuchillo están bien feos. Parece que compartieron aguja entre varios.
—Aunque no son muy impresionantes. Hay tres Cazadores aquí, pero no valen ni un centavo.
—¿En serio? Y yo que estaba nervioso.
Yoo Baek-jun se acercó a los tipos con total descaro.
Luego los observó uno por uno, como si estuviera admirando sus rostros.
Por alguna razón, eso hizo que Lee Beom-cheol sintiera una rabia intensa, como si se burlaran de él.
—¿¡Estás loco…!?
—¿Qué diablos haces?
Los hombres gruñeron.
Yoo Baek-jun los ignoró y caminó hasta quedar frente a Lee Beom-cheol.
—¿Tú eres el jefe?
—¿Huh? Sí, ¿y tú quién chingados eres?
—No necesitas saberlo todavía. Supongo que viniste por la lana, ¿cuánto debe este tipo?
Lee Beom-cheol miró fijamente a Yoo Baek-jun.
—Dos mil setecientos millones.
—¡¿Dos mil millones?! ¡Pero si el préstamo original que pidió mi padre fue de quinientos millones…!
—¿Cuánto tiempo ha pasado sin que paguen? ¿No deberíamos cobrar esos intereses, eh?
Song Hyung-seok se quedó con cara de ¿¿Qué??
Si el capital se multiplicó por cuatro, ¿cuánto chingados era el interés?
Intentó recordar la tasa que decía en el contrato.
‘Debería haber nacido en una mejor familia… No, espera, ese no es el punto.’
Yoo Baek-jun suspiró al ver la escena.
—Entonces, ¿qué? ¿Planeas pagar la deuda?
—Estoy pensando en eso por ahora.
Yoo Baek-jun se tronó el hombro.
—Pero solo el capital.
—¿Qué…? ¡Keuk!
Un golpe relámpago le estrelló el puño en la cara a Lee Beom-cheol.
Su nariz colapsó al instante, y cayó escupiendo sangre.
—¡¡J-jefe!!
—¡Este cabrón! ¡¡Agárrenlo!!
Los Cazadores de menor rango del grupo dieron un paso al frente.
Justo cuando estaban por atacar a Yoo Baek-jun…
—No le apunten con armas al Joven Amo.
—¡Keghk!
Han Seong-ah intervino como un rayo.
Desenvainó su espada y les destrozó brazos y piernas a los prestamistas.
Después, apuntó con la hoja desenvainada.
—¡¿U-una espada?!
—¡Es una Cazadora! ¡Tengan cuidado!
—¡Está demasiado fuerte!
Los prestamistas entraron en pánico.
Habían traído a sus propios Cazadores pensando que estarían a salvo, pero fueron derrotados en segundos.
—Keuuugh…
Lee Beom-cheol se puso de pie tambaleándose, mirando a Yoo Baek-jun.
Cuando Yoo Baek-jun miró hacia otro lado por un momento…
—¡¡Euaaaah!!
Intentó apuñalarlo con un cuchillo.
Pero Yoo Baek-jun fue más rápido.
Atrapó la hoja y le sujetó la mano.
Y con un solo golpe con la derecha…
¡Thud!
—¡¡Kuaaaah!!
Le rompió la muñeca. El tipo gritó de puro dolor.
Yoo Baek-jun le dio una ligera patada en la rodilla.
Fue suave, pero con una fuerza que ningún humano común podría resistir. Su rodilla crujió con un sonido seco.
—Haa… ¿Tú también eres Cazador?
—Por supuesto que soy Cazador. ¿Me veo como civil común? Usa esa cabeza que tienes, si te queda algo.
En un instante, la habitación quedó despejada. Yoo Baek-jun se agachó frente al caído Lee Beom-cheol.
—¿Un Cazador…? Heh, ¿crees que esto se va a quedar así? Aunque seas Cazador…
—¿Por qué hablas tanto?
—¡Urgh!
¡Bam!
Le dio un golpe en la nuca.
La cabeza de Lee Beom-cheol se sacudió violentamente.
—Va, ahí te va. O tomas el capital y te largas, o te vas con las manos vacías y llorando.
—¿Q-qué?
—Decídete rápido.
Yoo Baek-jun lo miró a los ojos.
Lee Beom-cheol lo miró aturdido al principio, pero pronto soltó una carcajada.
—Pinche loco… ¿Crees que soy idiota?
—¿O sea que no?
—¡Sí! ¡El hecho de que seas Cazador no te da derecho a hacer lo que quieras! ¡Nuestra organización también tiene—Urgh!
No había necesidad de seguir escuchándolo.
Yoo Baek-jun levantó el puño y le dio un uppercut en la mandíbula.
El cerebro de Lee Beom-cheol vibró, sus ojos se pusieron en blanco, y cayó desmayado.
—¡Aaah!
—¡Espera, yaaaah!
Los prestamistas restantes fueron eliminados por Han Seong-ah, quien claramente estaba esperando su momento.
Song Hyung-seok miraba todo con la boca abierta.
‘¿Qué carajos está pasando?’
Hace un momento lo estaban extorsionando, y ahora estos dos llegaron y pusieron a todos de rodillas.
No podía procesarlo.
—Oye, ¿estás bien?
—¿Eh? ¿Sí? Sí. Pero ustedes… No, esperen. Se los agradezco muchísimo, pero si hacen esto, ¡también estarán en peligro! ¡¡Esos tipos no son normales!!
—Lo sé, lo sé.
Yoo Baek-jun hizo una seña hacia la entrada.
Entonces entraron los fiscales que habían estado esperando afuera.
—Probablemente tengan alguna oficina por aquí. Vayan y vacíen todo. Revisen sus cuentas y devuelvan todo el dinero obtenido ilegalmente.
—Entendido.
En el juego original, estos prestamistas estaban ligados a una organización muy peligrosa.
Era la oportunidad perfecta para barrerlos de una vez.
—¿Quién diablos eres tú?
Preguntó Song Hyung-seok, aún atónito.
Yoo Baek-jun lo pensó un momento.
—Alguien que va a ser tu salvavidas.
Song Hyung-seok lo miró completamente desconcertado.