Me convertí en el sucesor del Dios Marcial - Capítulo 24

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  4. Capítulo 24
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Yoo Baek-jun sacó algo de su bolsillo.

Pastillas indescifrables, objetos mágicos y un pergamino. Sacó una pastilla.

—¿Qué estás comiendo?

—Algo sin sabor. ¿Quieres una?

Jin Seo-yeon observó fijamente la pastilla.

Parecía una píldora común y corriente. Pero había algo extraño. Podía sentir el poder mágico que emanaba de ella.

……

Con cautela, Jin Seo-yeon tomó la píldora y se la tragó. Esta se disolvió al instante, y momentos después…

—Esto es…

Sintió cómo su cuerpo se activaba.

Moverse se volvió mucho más fácil, y la cantidad de poder mágico en su cuerpo aumentó—junto con su velocidad de recuperación.

—Impresionante. ¿Tú la hiciste?

—Bueno, mi maestro me ayudó un poco, pero sí, la hice yo. La receta también es mía.

—Esta píldora…

Si se vendiera en el mercado, seguramente alcanzaría un precio altísimo.

Para empezar, era fácil de transportar y consumir. Además, sus efectos eran casi inmediatos.

‘Increíble.’

Solo lo conocía como un experto en artes marciales, pero ahora se daba cuenta de que también podía fabricar medicinas así.

Yoo Baek-jun se echó una píldora a la boca.

—Estas cosas… están interesantes.

—Todas serán útiles después.

Yoo Baek-jun se colocó los objetos mágicos en distintas partes del cuerpo y se puso de pie.

Una ventana del sistema apareció frente a sus ojos.

[Cazafantasmas]

Seol-ho fue alguna vez el guardián espiritual del Monte Seorak, pero ahora se ha convertido en un espíritu vengativo.

Es una historia triste, pero lo hecho, hecho está. Ayúdalo a descansar en paz.

Adelante, Cazafantasmas. ¡Caza al espíritu!

—Recompensa: 500P, aumento de estadísticas.

Una nueva misión.

El objetivo era encargarse de Seol-ho, y considerando su dificultad, la recompensa era bastante generosa.

‘Con esto… ¿podría aprender una habilidad o rasgo de rango B?’

No pudo evitar tararear con alegría.

Los Espíritus de Hielo señalaron hacia adelante.

Los dos siguieron la dirección que indicaban.

—¿Seol-ho? ¿Qué clase de espíritu es?

—Grande, blanco, con patrones azules. Bueno, como su nombre lo indica, está relacionado con la nieve y el hielo.

—Entonces sus ataques son de esos dos tipos.

—Sí, pero también es enorme.

Recordaba que era del tamaño de una casa.

A ese tamaño, cualquier ataque sería letal. Incluso un roce podría ser fatal.

‘Con mis estadísticas actuales, un enfrentamiento directo es imposible.’

Entonces tendría que usar otro método.

Yoo Baek-jun avanzó con confianza.

Cuanto más se adentraban, más denso se volvía el poder mágico.

La concentración era tan sofocante que costaba respirar—y los rugidos llenos de rencor no dejaban de resonar.

—¡Grrroooaar!

—De verdad está enojado.

Llegaron al origen del sonido.

Delante había una amplia entrada. Más allá los esperaba el espíritu vengativo enfurecido.

Yoo Baek-jun miró hacia Jin Seo-yeon.

—Vas a ayudar, ¿verdad?

—¿Me arrastras hasta acá y recién ahora preguntas eso? Sí que eres descarado.

Jin Seo-yeon bufó.

No podía simplemente dar la vuelta, no después de sentir tal concentración de poder mágico.

‘Además, necesito resolver lo de las Lágrimas del Campo Nevado de una vez.’

Yoo Baek-jun pensó para sí mismo.

Algunos eventos de este mundo se convierten en desastres mayores si no se manejan a tiempo.

Lágrimas del Campo Nevado era uno de esos eventos.

Si no se ocupaban de Seol-ho ahora, tarde o temprano descendería de la montaña buscando su cuerpo perdido.

‘En el proceso, incluso la familia del Santo de la Espada sufriría grandes pérdidas, y varias ciudades serían destruidas.’

Dicho de forma simple, Seol-ho aún no era un espíritu vengativo completo.

Todavía le faltaba poder, por así decirlo.

Por eso había que detenerlo ahora.

—Vamos.

Yoo Baek-jun dio un paso adelante.

Jin Seo-yeon lo siguió, lanzando hechizos mientras caminaba.

Los dos entraron en la vasta caverna.

—Grrrr…

Un sonido resonó.

El gruñido de un depredador alfa—uno que hacía que sus cuerpos se tensaran por instinto.

En el centro de la caverna estaba ese mismo depredador.

—Así que tenemos que pelear contra eso, ¿eh?

Jin Seo-yeon soltó un suspiro.

Un aura enorme de malevolencia flotaba en el centro.

Yoo Baek-jun distinguió algo dentro de ella.

—Nunca deja de impresionarme.

Era un tigre del tamaño de una casa.

Un cuerpo masivo repleto de músculos. Pelaje blanco como la nieve adornado con misteriosos patrones azules.

Su forma era semitransparente, envuelta en una energía oscura. Y esos ojos…

‘¿Me estoy arriesgando demasiado?’

No quedaba ni rastro de razón en ellos.

Todo lo que podía percibirse en esos ojos carmesí era locura pura, desenfrenada.

Si hubieran llegado un poco más tarde, Seol-ho tal vez ya habría perdido completamente la cordura y descendido sobre Seúl.

—Grr, Grrr…

Seol-ho babeaba al verlos.

Parecía listo para lanzarse en cualquier momento.

Yoo Baek-jun sacó un pergamino sin apartar la mirada.

¡Ras!

Lo rasgó de un solo movimiento.

¡Fwoosh!

—¡Groooaar!

El poder divino sellado dentro del pergamino estalló.

El poder divino era el enemigo natural de los monstruos tipo espectro.

Por un instante, la bestia vaciló.

—Que no se acerque.

Yoo Baek-jun sacó otro pergamino.

Esparció agua bendita y otros objetos mágicos en el suelo, preparando algo.

‘Para pelear contra un monstruo así…’

Los ataques físicos no funcionaban con espectros.

Solo la magia servía.

Así que, para enfrentarlos, había que usar métodos especiales—como armas mágicas o anular sus fortalezas.

¡Whooosh!

Ahí entraban los círculos mágicos.

Un círculo que materializaba monstruos tipo espectro: el Círculo de Manifestación.

Jin Seo-yeon soltó un pequeño jadeo.

—Ese círculo es bastante raro.

Yoo Baek-jun canalizó poder mágico en el pergamino. El papel se encendió con llamas azules y se desintegró.

Un enorme círculo mágico se grabó en el suelo.

—Grrrr…

Seol-ho gruñó, sintiendo que algo no andaba bien.

Estaba por atacar. Yoo Baek-jun le hizo una señal a Jin Seo-yeon, y ella lanzó su magia.

¡Clang!

Cadenas innumerables aparecieron en el aire, atando las extremidades de Seol-ho. Su embestida se detuvo.

Un hechizo de atadura, casi perfeccionado al máximo nivel. Pero…

—No durará mucho.

Las cadenas ya comenzaban a romperse.

El tiempo que ganaron fue poco, pero suficiente. Yoo Baek-jun pisó el suelo con fuerza.

¡Boom!

Su poder mágico estalló desde el pie.

¡Whoosh!

El círculo mágico brilló en azul antes de cambiar a un blanco resplandeciente.

Pero aún necesitaban más tiempo.

—¡Screech!

Jin Seo-yeon chasqueó los dedos.

Una muralla de hielo se elevó frente al embiste de Seol-ho, no, tres capas de muros.

Levantó la mano de inmediato.

¡Creak!

Varias ballestas gigantes aparecieron detrás de los muros.

Se cargaron lanzas flamígeras, sus cuerdas tensas.

Y un momento después.

—¡Groooaar!

Con un rugido ensordecedor, las cadenas se rompieron.

Seol-ho se liberó y embistió directamente.

¡Crash!

Los muros de hielo se hicieron añicos al instante.

¡Thunk!

Las lanzas flamígeras volaron hacia Seol-ho al romper el muro.

Le golpearon el torso, pero no lo atravesaron, solo lo detuvieron brevemente.

‘Como era de esperarse de una bestia espiritual.’

De hecho, habría sido más fácil enfrentarlo cuando estaba vivo.

Ahora que Seol-ho se había transformado en un espíritu vengativo, había ganado varias fortalezas extra.

No era de extrañarse que fuera problemático.

—¡Tch!

Jin Seo-yeon pisó el suelo con fuerza.

De la punta de su pie, una ola de llamas se disparó y envolvió a Seol-ho de inmediato.

—¡Grrrr……!

Esta vez pareció surtir efecto—Seol-ho gruñó de dolor.

El problema fue que, tal vez enfurecido por el ataque, ahora la miraba con una ira feroz.

Jin Seo-yeon soltó una leve risa.

—¿Qué pasa, te enojaste?

—¡Kuhhheeeaaargh!

Seol-ho cargó contra ella con un rugido furioso.

Esta vez no fue hacia Yoo Baek-jun, sino directamente hacia Jin Seo-yeon.

Con calma, ella consideró qué magia usar y comenzó a combinar hechizos en su mente.

—¡Ahora!

Pero antes de que pudiera actuar, un círculo mágico ya había sido completado.

Yoo Baek-jun golpeó el suelo con el puño.

El círculo mágico grabado en la vasta caverna brilló con intensidad, y Seol-ho se retorció de dolor al verlo.

—¡Kyaaaaak!

—¡Ten cuidado! ¡Ese bastardo también puede usar magia!

—¿Qué?

El cuerpo translúcido de Seol-ho se volvió opaco mientras lanzaba ataques desesperados.

Levantó su pata delantera.

—¡Fssshh!

Al bajarla, numerosas grietas se abrieron en el suelo, y el techo tembló violentamente.

Los carámbanos colgantes comenzaron a caer todos al mismo tiempo.

—¡Jin Seo-yeon!

—Lo sé.

Jin Seo-yeon desplegó una enorme barrera.

—¡Kkak-kkak!

Se escuchó el chirrido del metal al ser rayado, mientras los picos de hielo intentaban atravesarla.

Pero no lograron romperla y pronto se desmoronaron en polvo.

—¡Grrrr……!

Seol-ho siguió lanzando hechizos sin parar.

Una ventisca helada barrió la caverna, acompañada de granizo afilado como agujas.

—¡Boom!

La barrera tembló violentamente por el impacto.

—¡Kwaaang!

Seol-ho se estrelló de frente contra la barrera.

Ya no pudo resistir más y la barrera se rompió. Seol-ho lanzó sus enormes garras.

Pero Jin Seo-yeon se mantuvo serena.

……

Como una directora de orquesta, movía los dedos con precisión.

Primero, un puño de piedra gigante emergió del suelo y golpeó la mandíbula de Seol-ho.

—¡Kuhhaa!

Luego, una lluvia de fuego cayó desde el cielo, envolviendo su cuerpo por completo.

Después, relámpagos. Luego, cuchillas de viento descendieron como guillotinas. Era una verdadera tormenta mágica.

‘¿Cuánto poder mágico tiene esta mujer?’

Yoo Baek-jun, observando desde un costado, chasqueó la lengua con incredulidad.

El hecho de que pudiera lanzar magia a gran escala sin detenerse era absurdo.

Pero Jin Seo-yeon tampoco estaba del todo relajada.

—¡Yoo Baek-jun! ¡Haz algo!

—¡Van a pensar que nomás estoy de adorno!

Yoo Baek-jun pisó el suelo con fuerza.

La verdad, un monstruo de ese tamaño era demasiado para ellos en este momento.

No estaban equipados adecuadamente para esto.

‘Tch, ni modo.’

En un instante, se lanzó al pecho de Seol-ho.

Los ojos carmesí de la criatura se fijaron en él.

—¿Qué ves, bastardo?

—¡Kyaaaak!

Yoo Baek-jun pateó el suelo con toda su fuerza.

Las piedras impulsadas por su energía se envolvieron en llamas y golpearon de lleno el rostro de Seol-ho.

Su cara empezó a arder.

—¡T-tú… hu-mano…!

El cuerpo de Seol-ho se solidificó. Ahora, los ataques físicos funcionaban.

—¡Uuuaaarrgh!

Además, el círculo de manifestación tenía el efecto adicional de debilitar a los espectros.

Sintiéndose debilitado, Seol-ho dejó escapar un rugido de dolor.

Tal vez su inteligencia regresaba poco a poco, pues ahora hablaba con palabras humanas.

—¡Te… mataré!

Los ojos de Seol-ho brillaban ominosamente.

Yoo Baek-jun tragó saliva.

Cada uno de sus ataques era letal—un solo roce significaba la muerte.

Pero se mantenía confiado.

‘Ya memoricé todos tus patrones.’

Seol-ho levantó su garra y la dejó caer. La nieve se levantó, obstruyendo la visión por un momento.

‘¡Ahora moverá la cola!’

Yoo Baek-jun rodó de inmediato hacia un lado.

Una enorme cola pasó por el espacio que él acababa de ocupar. Se levantó de nuevo y pateó el suelo.

—¡Grr…!

—¡Cierra la boca, bastardo!

El siguiente patrón era el aliento congelante.

Antes de que Seol-ho pudiera exhalar, Yoo Baek-jun le dio un golpe directo en la mandíbula con una habilidad poderosa.

—¡Crack!

La boca de Seol-ho se cerró de golpe.

—¡Grrk!

—¡Jin Seo-yeon!

El aliento atrapado giraba violentamente dentro de su boca. Yoo Baek-jun la llamó con urgencia.

Como si lo hubiera estado esperando, ella lanzó su magia.

—¡Whooosh!

Una ráfaga disipó la nieve que obstruía la vista.

Yoo Baek-jun saltó de inmediato al lomo de Seol-ho, aferrándose a su cuello.

—¡Ladra todo lo que quieras!

—¡Kuhhaaaak!

Le jaló la cabeza hacia arriba.

El aliento contenido salió disparado hacia el techo.

La inmensa fuerza mágica lo rompió, haciendo que incontables fragmentos e icicles cayeran.

—¡Fwooosh!

Como si lo hubiera anticipado, Jin Seo-yeon infundió los escombros con atributos de fuego y endureció los carámbanos como acero.

Cayeron todos sobre Seol-ho en sincronía.

—¡Taat!

Yoo Baek-jun pateó el suelo y retrocedió hasta donde estaba Jin Seo-yeon en un solo movimiento.

Ella lo miró con expresión impresionada.

—¿Aprendiste trucos de circo o qué?

—¡En un momento como este deberías preguntar si aprendí artes marciales, no maldito circo!

—No sé, es que sí se vio muy circense…

—¡Bah, no ha terminado aún!

Ignorándola, Yoo Baek-jun le señaló con la barbilla a Seol-ho.

Aunque su lomo estaba destrozado, seguía vivo, mirándolo con un odio implacable.

—Ven por mí.

Yoo Baek-jun movió los dedos con burla.

—¡Kuhheeeaaargh!

El rugido de una bestia herida retumbó en toda la caverna.

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