Maestro del Debuff - Capítulo 916
‘Me pregunto qué habrá por allá…’
Siegfried siguió la flecha verde con curiosidad y emoción.
Fue entonces que…
¡Ding!
La flecha se detuvo frente a un perchero en particular dentro de la sección donde se exhibía ropa de grado F.
Sin embargo, el problema era que Cain estaba justo frente a ese perchero.
Y…
‘¡Espera, eso es mío!’ gritó Siegfried por dentro.
Cain estaba mirando el atuendo carmesí al que apuntaba el título de Cazador de Tesoros, como si estuviera considerando si tomarlo. Sostuvo el atuendo frente a su cuerpo y lo examinó desde varios ángulos.
—Hmm… No se ve tan genial. Pero ¿por qué me gusta? —murmuró Cain.
Siegfried escuchó eso y se quedó atónito por su gusto tan peculiar. ‘¿En serio le gusta esa cosa?’
La verdad, el diseño del atuendo era terrible. Tenía un tono carmesí opaco, con encajes colgando de las mangas y el cuello, dándole una apariencia pasada de moda que parecía sacada de hace cien millones de años luz.
En resumen, se veía súper naco.
Y aun así, por alguna razón, también emanaba una cierta elegancia y un encanto vintage.
‘¿Qué es eso?’ pensó Siegfried al sentir ese aire extraño, casi encantador.
Entonces se escondió en una esquina y activó su Runa de Perspicacia para analizar el atuendo en manos de Cain.
[Traje Formal de Jacomo]
[Un atuendo que alguna vez fue el favorito del legendario socialité, Jacomo.]
[Se dice que nadie entiende realmente su valor.]
[Aunque ligeramente desgastado y pasado de moda, al portarlo da al usuario una apariencia inesperadamente cautivadora.]
[Tipo: Ropa]
[Calificación: Legendaria]
[Durabilidad: 233/300]
[Defensa: 1]
[Resistencia Mágica: 1]
[Efecto: No puede ser identificado.]
[Nota: La Runa de Perspicacia no puede revelar el verdadero valor del Traje de Jacomo. Solo aquellos con el título de Cazador de Tesoros pueden percibir vagamente su valor real.]
En otras palabras, Siegfried podía sentir vagamente que era especial, pero para Cain no era más que un atuendo formal cualquiera.
—Este servirá —murmuró Cain.
Ante esas palabras, Siegfried gritó en su mente: ‘¡Nooo!’
No había manera de que dejaría que Cain se llevara el Traje de Jacomo. ¿Cómo podría quedarse de brazos cruzados viendo cómo Cain se apropiaba de semejante tesoro por pura coincidencia?
Siegfried no tenía intención de ceder semejante hallazgo a nadie más.
Corrió hacia Cain y dijo:
—Espera, ese atuendo está bastante bonito.
Cain frunció el ceño ante la repentina aparición de Siegfried y su elogio. Luego hizo una mueca y escupió:
—¿Y qué?
—Lamento mucho molestarte, pero… ¿te importaría dejármelo? ¿Por favor? —pidió Siegfried.
Consciente de su estatus social y prestigio, Siegfried se aseguró de sonar lo más educado posible.
Pero Cain ya estaba de malas, y no tenía intención de ceder.
—Cállate la puta boca y lárgate, pedazo de mierda. ¿Quieres morir o qué? —gruñó Cain con el rostro torcido de irritación.
Siegfried entrecerró los ojos y de repente lo fulminó con la mirada. Como si hubiera estado esperando ese momento exacto para cruzar la línea.
Había intentado ser cortés todo este tiempo, pero la actitud de Cain lo había hecho perder la paciencia.
—Vaya, vaya… Has sido bastante grosero desde hace rato.
—¿Qué dijiste? ¿Te atreves a decir que—?
Siegfried lo interrumpió y dijo:
—¿Perdón? ¿Acaso no me mandaste a la mierda cuando te saludé hace un rato?
—¿Y qué con eso?
—Lo dejé pasar por cortesía, pero ahora sí te estás pasando.
—¿…?
—Primero me dijiste que me callara y que me largara. ¿Y ahora me amenazas con matarme?
—¡Ja! ¿Y si lo hice qué?
Fue entonces que…
Siegfried mostró una sonrisa astuta y preguntó:
—¿Quieres que te ejecuten por traición?
—¿T-Traición?
—Soy un Gran Duque del Imperio y tú eres un simple barón. ¿Desde cuándo está bien que un barón insulte y amenace de muerte a un Gran Duque?
—E-Eso fue…
Cain se quedó sin palabras. Pensó que solo estaban jugando como gamers, pero que Siegfried sacara a relucir las jerarquías sociales lo dejó totalmente indefenso.
Después de todo, en este mundo, la jerarquía social era absoluta.
—Fui amable contigo, ¿y así me pagas? Dame eso.
Y así, Siegfried le arrebató el Traje de Jacomo de las manos.
—Si te pasas una vez más, le contaré todo a Su Majestad Imperial. Así que más te vale tener cuidado de ahora en adelante.
Tras esa severa advertencia, Siegfried se fue con el traje, dejando a Cain completamente solo.
Cain se quedó paralizado unos segundos antes de apretar los dientes.
—Mierda… Hoy es el peor día —murmuró entre dientes.
Primero sufrió la humillación más grande de su vida por parte de Irene, y ahora Siegfried lo aplastaba usando su estatus social.
¿Pero qué podía hacer?
Cain estaba en lo más bajo de la cadena alimenticia, así que no le quedaba más que aguantarse y tragar su orgullo. Después de todo, si fundar un reino sin permiso del emperador fue su crimen, esto era su castigo.
—¡Argh! ¡Pfff! ¡Llévatelo! ¡Quédatelo, maldito! ¡Te juro que me las vas a pagar! —gritó Cain, luchando por controlar la furia que lo devoraba por dentro y haciendo su mejor esfuerzo por calmarse.
¿Por qué?
Porque calmarse era lo único que podía hacer por ahora.
Siegfried tarareaba alegremente de camino al probador después de quitarle el Traje de Jacomo a Cain.
Una vez dentro, se puso el traje.
¡Ding!
De repente, apareció un mensaje frente a sus ojos.
[Alerta: ¡Has equipado el Traje Formal de Jacomo!]
[Alerta: ¡Tu carisma ha aumentado en un 100%!]
[Alerta: ¡Hombre Fatal de Salón ha sido activado!]
[Hombre Fatal de Salón]
[Efectos: Maestría de Baile al MÁXIMO, (Bloqueado), (Bloqueado)]
‘¿Eh? ¿Qué es esto?’
Siegfried sintió curiosidad por los otros dos efectos de Hombre Fatal de Salón, pero estaban bloqueados, así que era imposible saber qué hacían.
‘Bueno, esto ya es bastante bueno.’ Se alegró al ver que tenía Maestría de Baile al máximo.
En realidad, no sabía bailar en lo absoluto. Estaba preocupado de quedarse parado como tonto en el baile de máscaras de esa noche. Pero ahora, gracias al traje, se ahorraría el oso.
[Maestría en Blues]
[Maestría en Trot]
[Maestría en Tango]
[Maestría en Vals]
[Maestría en Baile Folklórico]
(omitido…)
[Maestría en Danza de Marioneta]
Siegfried no tenía idea de qué era el Baile Folklórico o la Danza de Marioneta, pero prácticamente todos los estilos estaban al MÁXIMO.
Y activar las habilidades era facilísimo.
[Alerta: ¡Tu cuerpo bailará automáticamente al seleccionar el baile apropiado para la música!]
Con un solo clic, bailaría solo, sin necesidad de hacer nada.
‘Tsk… supongo que sí es un tesoro.’
Aunque se sentía algo decepcionado, Siegfried eligió una máscara que combinara con el traje y salió del vestidor.
Esa noche, se celebró un banquete majestuoso en el Palacio de Sangre. El evento fue tan extravagante y lujoso que prácticamente cada platillo existente en el continente estaba dispuesto sobre mesas de cientos de metros de largo.
Y como era un banquete del Imperio Marchioni, las celebridades que se presentaban eran igual de impresionantes.
Antes de que comenzara el baile de máscaras, Siegfried notó que Gringore salía de la sala de espera y se acercó a él.
—¿Qué haces aquí? —preguntó.
—Buenas noches, Su Majestad —respondió Gringore con una reverencia.
—¿Qué haces aquí?
—Fui invitado como cantante especial para el banquete de esta noche, mi señor.
—¿Eh?
—Estaré cantando hasta que termine el banquete. Aunque no sé si me alcance la resistencia.
—¿Hasta que termine? —murmuró Siegfried, atónito.
¿Por qué?
Porque Gringore era actualmente la celebridad más famosa del continente, y contratarlo para una sola canción ya costaba una fortuna.
¿Y el Imperio Marchioni lo contrató para cantar toda la noche? ¿Cuánto le habrían pagado?
—¿Es rentable?
—Sí, Su Majestad.
—¿Cuánto…?
—Eso es… —Gringore dudó un momento antes de acercarse y susurrarle algo.
—¿¡H-Hiiik?! ¿¡D-Doble doble!?”
La cifra no era doble, sino el doble del doble.
Considerando sus tarifas usuales, el Imperio Marchioni debió haberle pagado una cantidad astronómica.
—Sigue generando divisas para nuestro reino, Sir Gringore.
—Sí, Su Majestad. Me retiro entonces.
—Buena suerte.
Unos cinco minutos después, personas con trajes lujosos y máscaras comenzaron a entrar al salón mientras la orquesta comenzaba a tocar.
‘Supongo que bailaré,’ pensó Siegfried antes de seleccionar un estilo de baile acorde con la música.
Su cuerpo comenzó a moverse por sí solo, bailando con gracia al ritmo con movimientos elegantes.
‘Wow, esto está muy conveniente. ¿Así se siente el auto-farming?’
Fue entonces.
¡Ding!
[Alerta: ¡Se ha desbloqueado un efecto adicional de Hombre Fatal de Salón!]
[Alerta: ¡La secreción de feromonas ha aumentado un 500%!]
Uno de los efectos bloqueados se activó, y una enorme cantidad de feromonas se liberó desde Siegfried. En un parpadeo, se esparcieron por todo el salón.
¿El resultado?
¡Ding!
[Alerta: ¡Las mujeres cercanas han detectado tus feromonas!]
[Alerta: ¡Sientes sus miradas sobre ti!]
[Alerta: ¡Se están acercando!]
Una por una, las mujeres que bailaban comenzaron a acercarse a Siegfried.
—¿Bailas conmigo?
—Baila conmigo.
—No, debes bailar conmigo.
Todas eran hijas de nobles prestigiosos o esposas de figuras influyentes del imperio.
—¿Eh…?
Antes de que pudiera asimilarlo, ya cinco mujeres le habían pedido bailar.
—Oh, parece que eres muy popular, ¿no, Siegfried van Proa?
Justo entonces, alguien pasó junto a Siegfried y le susurró al oído muy suavemente.
—¿M-Mi señor…? —murmuró Siegfried al reconocer la voz.
Era nada menos que el Emperador Stuttgart.
—Bueno, que te diviertas —susurró el emperador antes de perderse entre la multitud.
‘¿Por qué siento que se está burlando de mí?’ pensó Siegfried.
Al final, Siegfried extendió la mano y tomó una al azar.
¿Qué importaba con quién bailara? Su corazón pertenecía a Brunhilde, así que le daba igual incluso si era una abuela de ochenta años.
La mujer que tomó su mano soltó un suave «Oh, cielos.»
Y comenzaron a bailar lentamente.
Por supuesto, Siegfried activó Hombre Fatal de Salón y prácticamente se desconectó mentalmente durante el baile.
‘¿Qué onda con estas feromonas? Ugh… tengo el presentimiento de que este atuendo es algo raro…’ pensó, comenzando a sospechar que el Traje de Jacomo no era el tipo de tesoro que él esperaba.
‘¿No será un artefacto especializado en seducir mujeres?’ refunfuñó por dentro.
—¡Wow!
—¡Qué baile tan apasionado!
—¡Miren esos pasos!
La gente a su alrededor se maravillaba del hermoso baile entre Siegfried y su pareja. Y cuanto más los admiraban, más mujeres se fijaban en Siegfried, y más se acercaban a él.
Después de casi una hora bailando con decenas de mujeres—
¡Ding!
—Apareció otro mensaje frente a sus ojos.
[Alerta: ¡La Hora del Lobo ha sido activada!]
[Alerta: ¡Escaneando objetivos!]
De pronto, su visión se tornó roja y se enfocó en una mujer que vagaba distraída por el salón.
[Alerta: ¡Objetivo adquirido!]
[Alerta: ¡La cacería comienza!]
La notificación desapareció y…
‘¿E-Eh? ¿Qué está pasando?’
El cuerpo de Siegfried comenzó a moverse por sí solo, dirigiéndose directo hacia su objetivo— no, su presa.