Maestro del Debuff - Capítulo 909

  1. Home
  2. All novels
  3. Maestro del Debuff
  4. Capítulo 909
Prev
Novel Info
                 

“¿Q-Quién demonios fue eso?!”

Siegfried dio un brinco al escuchar una voz desconocida susurrar directamente en su oído.

“Oh, Héroe.”

La voz se dirigía a él directamente.

“Mis fieles están sufriendo.”

“¿D-De qué estás hablando?!”

“Te pido prestada tu fuerza.”

“¿Mi… fuerza?”

“Sé que no eres mi siervo.”

Y fue entonces.

‘No puede ser… ¿Neptuno?’ Siegfried se dio cuenta de golpe.

Siegfried solo pudo deducir una explicación para ese fenómeno tan extraño—Neptuno, el Dios del Mar, le estaba susurrando al oído.

“Pero ahora mismo, eres el único que puede empuñar mi poder.”

“¿E-Entonces qué estás diciendo?”

“Acepta mi poder. Te prestaré mi fuerza.”

“¿Me vas a… prestar tu fuerza?”

“Sí.”

“¿Y qué pasará si te la presto?”

“Ve y salva a mis corderos que sufren.”

“…!”

“Oh, Héroe. Posees una voluntad inquebrantable y has abierto los ojos al sendero de la divinidad.”

“¿Eh?”

“Ve. Extermina a los ángeles corruptos.”

En cuanto esas palabras cayeron, el Tridente del Dios del Mar desató una ola poderosa de energía divina que giraba como un torbellino.

“Me duele saber que los niños inocentes del presente deben pagar los pecados del pasado…”

“¡Argh!”

Siegfried apenas logró escuchar el lamento de la voz por la intensidad de la energía divina que emanaba del tridente. Tuvo que apretar los dientes y concentrarse, o esa fuerza lo consumiría por completo.

“Adelante, Héroe—Aquel que guiará al mundo hacia una nueva era. Mi autoridad estará contigo. Empuña el poder del mar como si fuera tuyo.”

Y con eso, la voz se desvaneció.

Sin embargo, la energía divina que brotaba del Tridente del Dios del Mar no hizo más que intensificarse.

“¡O-Oooooh!”

“¡N-Neptuno!”

“¡Nuestro dios no nos ha abandonado!”

“¿Es esto… salvación? ¡Ah! ¿Acaso estamos siendo salvados por Neptuno?”

Los miembros del clero estaban abrumados por la emoción al ver a Siegfried empuñar la reliquia sagrada. Lágrimas rodaban por sus rostros mientras se postraban ante él, inclinándose y adorando con reverencia.

Y no era para menos…

Durante cientos de años, el Tridente del Dios del Mar jamás había mostrado su poder. Era sin duda la reliquia sagrada de la Iglesia de Neptuno, pero nadie sabía si realmente contenía poder divino o si solo era un símbolo vacío.

Mientras tanto, Siegfried podía sentir cómo el Poder de Ataque y el Poder Mágico del tridente se disparaban a un ritmo demencial.

[Alerta: ¡El Poder de Ataque del Tridente del Dios del Mar ha aumentado en 100!]

[Alerta: ¡El Poder de Ataque del Tridente del Dios del Mar ha aumentado en 100!]

[Alerta: ¡El Poder de Ataque del Tridente del Dios del Mar ha aumentado en 100!]

(omitido…)

[Alerta: ¡El Poder de Ataque del Tridente del Dios del Mar ha aumentado en 100!]

[Alerta: ¡El Poder de Ataque del Tridente del Dios del Mar ha aumentado en 100!]

Las estadísticas del tridente aumentaban tan rápido que Siegfried apenas podía seguir el ritmo de los mensajes que inundaban su campo visual.

Pero no era solo el tridente…

[Alerta: ¡Todas las estadísticas han aumentado en un 10%!]

[Alerta: ¡Todas las estadísticas han aumentado en un 10%!]

[Alerta: ¡Todas las estadísticas han aumentado en un 10%!]

(omitido…)

[Alerta: ¡Todas las estadísticas han aumentado en un 10%!]

[Alerta: ¡Todas las estadísticas han aumentado en un 10%!]

Las estadísticas de Siegfried también estaban aumentando de forma explosiva.

“¡K-Kyuuu! ¿¡Qué está pasando, dueño idiota?!” Hamchi dio un salto de susto y preguntó.

“Y-Yo… no tengo idea,” respondió Siegfried, luchando por hablar mientras apenas lograba mantener el poder que rugía dentro de él bajo control.

“¿Kyu?!”

“Pero hay algo de lo que sí estoy seguro…”

“¿Kyu? ¿Qué cosa?”

“Que puedo partirle la madre a esos bastardos que se hacen pasar por ángeles.”

Fue entonces.

¡Whoosh!

Una poderosa oleada de energía, como un torbellino marino, giró alrededor de las piernas de Siegfried.

Entonces, algo brilló a la altura de sus talones. Al observar más de cerca, parecía la silueta translúcida de la aleta caudal de un pez.

Era como si él mismo hubiera desarrollado aletas.

“¡Kyuuu! ¡Te ves como una sirena ahora, dueño idiota!” exclamó Hamchi.

“Tú quédate aquí. Ya vuelvo,” dijo Siegfried con voz firme.

“¡Kyu! ¡Entendido!”

“Nos vemos luego.”

¡Boom!

Con un solo salto, Siegfried se impulsó desde las alcantarillas con una fuerza aterradora.

¡Boooom!

Un estruendo ensordecedor al romper el techo.

¡Swoosh!

Y Siegfried salió disparado, atravesando la superficie.

La tortura de Andariel hacia Nereus y sus seguidores no era otra cosa que despiadada.

Arrancarle las uñas de pies y manos era apenas el comienzo. Les desgarraba la piel, les untaba sal y limón, los destripaba vivos y los obligaba a ver cómo sus entrañas caían al suelo.

La crueldad era simplemente inimaginable.

“¡Aaaaack!”

“¡Krwaaaah!”

“¡A-Aaah! ¡Aaack!”

“¡E-Es…! ¡Arghhh! ¡I-Inútil!”

“¡Arghh! ¡N-No vamos a—aaaack!”

Sorprendentemente, a pesar de la tortura brutal, Nereus y sus seguidores no cedieron a las exigencias de Andariel. La mayoría habría renegado de Neptuno y abandonado su fe tras semejante tormento, pero la voluntad de los mártires no era algo que se quebrara con simple dolor físico.

“Es… inútil… Nuestra fe… nunca se quebrará… por la fuerza bruta… No importa cuánto… nos tortures… nuestra fe no… flaqueará…” dijo Nereus con desafío, mirando directamente a Andariel.

“Tsk… Así que estas ratas al menos tienen algo de agallas,” chasqueó Andariel. Luego sonrió, como si los encontrara entretenidos en lugar de frustrantes.

“Mátame…” dijo Nereus. Luego soltó una pequeña risa y agregó, “Nuestro martirio… inspirará… a todos los creyentes… de Neptuno… en todo el continente… Je…”

“¿Oh? ¿Estás sonriendo?” murmuró Andariel, sorprendido.

¡Bam!

Le dio una patada a Nereus directo al pecho.

“¡Guuhhhk!”

Nereus cayó al suelo frío, escupiendo sangre.

“Bien. Te concederé tu deseo y te dejaré morir como mártir,” dijo Andariel con una sonrisa retorcida en el rostro.

La farsa ya no lo divertía. El hecho de que él, un ser celestial, estuviera perdiendo el tiempo hablando con herejes ya lo irritaba.

“¡No importa cuánto se esfuercen, sabandijas, todos serán exterminados al final! ¡Ahora muere, gusano! ¡Enfrenta tu final mientras tu dios falso observa en silencio!”

Con esas palabras, Andariel alzó su espada, listo para partir a Nereus en dos.

Y justo cuando estaba a punto de bajarla—

¡Boom!

Una figura cayó del cielo, golpeando la espada que estaba por partir a Nereus.

¡Baaaam!

El impacto fue tan brutal que mandó a volar a Andariel hacia atrás.

“¡A-Ah…! N… ¡Neptuno…!” Nereus jadeó y susurró el nombre de su dios. Tenía los ojos hinchados por las palizas que había recibido, y la sangre que le escurría por la cara nublaba su visión.

Pero incluso a través de su mirada empañada, pudo distinguir la silueta de su salvador.

Tenía hombros anchos y una postura segura.

El Tridente del Dios del Mar estaba en su mano.

A ojos de Nereus, parecía la encarnación de Neptuno.

¡Wooong!

El aire a su alrededor temblaba con una energía divina tan poderosa que le erizaba la piel a Nereus.

“Sumo Sacerdote Nereus.”

El benefactor de Nereus, Siegfried, lo ayudó a ponerse de pie.

“¿S-Su… Majes… tad? ¿De verdad… es usted?” balbuceó Nereus.

“Sí, soy yo,” respondió Siegfried.

“¿P-Por qué… ha regresado…?”

“Neptuno me habló.”

“…!”

“Me dijo que viniera a sacar la basura,” dijo Siegfried, señalando con la barbilla a los Ángeles Caídos.

“¿S-Su Majestad… de verdad… escuchó… Su voz?”

“Sí.”

“¡O-Ooooh! ¡Oh, Ser Divino! ¡No… nos ha abandonado!”

Lágrimas cayeron por el rostro de Nereus mientras lloraba, alabando el nombre de Neptuno. Los demás le siguieron poco después, al darse cuenta de que su dios silencioso por fin les había respondido. Los miembros del clero de la Iglesia de Neptuno lloraban y rompían en oraciones, temblando por la avalancha de emociones.

‘En serio… Ustedes fueron los que la cagaron, ¿y por qué sus descendientes son los que pagan el precio?’ pensó Siegfried al ver el estado lamentable del clero.

Y en realidad tenía razón…

Los verdaderos culpables de la tragedia que cayó sobre la ciudad no eran Nereus ni sus seguidores. Eran los semidioses y sus seguidores quienes habían declarado la guerra al Creador siglos atrás y lo destruyeron.

Si no hubieran comenzado esa guerra, si no hubieran enfurecido al reino celestial, si hubieran tomado otra decisión, nada de esto habría pasado. La historia habría fluido de manera distinta, con el Reino Celestial y el Reino Demoníaco enfrentándose entre sí.

‘Como siempre, los que la cagan no son los que la limpian…’ pensó Siegfried, negando con la cabeza. Prefería ser él quien la cagaba a ser quien limpiara las cagadas de otros.

Desafortunadamente, alguien tenía que limpiar el desastre, y curiosamente, siempre parecía ser él quien lo hacía.

“¡¿Cómo te atreves…?!”

Andariel gruñó al levantarse.

“¡Maldita sabandija! ¡¿Cómo te atreves a interferir conmigo?!”

“¿Oh? ¿Eras tú, verdad? ¿El que no dejó de chillar en toda la noche?” dijo Siegfried con una sonrisa gélida al reconocer la voz de Andariel.

“¿¡Qué dijiste!?”

“Estás muerto.”

Siegfried había estado deseando arrancarle la lengua a Andariel, y ahora la oportunidad había caído justo en su regazo.

“¡¿Cómo te atreves a hablarme así en mi presencia?! ¡Muere, escoria!” rugió Andariel, lanzándose contra Siegfried y blandiendo su espada envuelta en una llama azul abrasadora, pero…

¡Clang!

Con un solo movimiento, Siegfried blandió el Tridente del Dios del Mar y desvió con facilidad la espada de Andariel. Luego, giró su muñeca para atrapar la espada entre las púas del tridente.

Siegfried tenía el dominio máximo sobre todos los tipos de armas, así que manejar el Tridente del Dios del Mar no era ningún reto, incluso con su diseño de tres puntas.

“…!”

Andariel se quedó boquiabierto al ver su espada atrapada.

“Tus habilidades son patéticas,” se burló Siegfried con una sonrisa desdeñosa.

¡Crack!

Torció el tridente, haciendo que el brazo de Andariel se doblara en un ángulo antinatural, obligándolo a soltar la espada.

Si hubiera seguido sosteniéndola, su articulación se habría roto por completo.

‘¿Q-Qué demonios…?!’ Andariel estaba pasmado.

“Muere,” murmuró Siegfried antes de avanzar y clavar el Tridente del Dios del Mar.

“¡Hermano!”

“¡¿Cómo te atreves?!”

Los Ángeles Caídos reunidos en la plaza principal gritaron horrorizados al ver a Andariel siendo superado, e inmediatamente corrieron para intervenir.

Pero—

¡Wooong!

Abrazo de la Desesperación y Llamas Eternas se activaron al mismo tiempo.

¡Shwik!

Siegfried clavó el tridente en el suelo, y columnas de agua surgieron por toda la plaza principal.

Siegfried finalmente usó la Autoridad de Neptuno, el Dios del Mar.

Miles de columnas de agua estallaron como lanzas, atravesando a los Ángeles Caídos reunidos en la plaza. La fuerza del agua era tan abrumadora que les desgarraba los cuerpos o los empalaba por completo.

“¡Aaack!”

“¡Argh!”

“¡Aaaah!”

En un abrir y cerrar de ojos, miles de Ángeles Caídos fueron masacrados por la combinación de los debuffs de Siegfried y la autoridad de Neptuno.

[Alerta: ¡Has obtenido Puntos de Experiencia!]

[Alerta: ¡Has obtenido Puntos de Experiencia!]

[Alerta: ¡Has obtenido Puntos de Experiencia!]

(omitido…)

[Alerta: ¡Has obtenido Puntos de Experiencia!]

[Alerta: ¡Felicidades!]

[Alerta: ¡Has alcanzado el Nivel 321!]

Siegfried había subido de nivel una vez más, incluso cuando apenas habían pasado unas horas desde la última vez.

“¡E-Esto es imposible…!” Andariel exclamó horrorizado ante el espectáculo que se desarrollaba frente a él.

Jamás imaginó, ni en sus sueños más delirantes, que un simple humano pudiera exterminar a sus hermanos. Sin embargo, lo que más lo horrorizaba… era que ese humano, Siegfried, estaba empuñando el poder de un semidiós.

Prev
Novel Info

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

You must Register or Login to post a comment.

Apoya a este sitio web

Si te gusta lo que hacemos, por favor, apóyame en Ko-fi

© 2024 Ares Scanlation Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Ares Scanlation

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Ares Scanlation

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Ares Scanlation

Premium Chapter

You are required to login first