Maestro del Debuff - Capítulo 1075
La descripción de la clase de Hansen, el Estratega Divino, apareció frente a los ojos de Siegfried.
[Estratega Divino]
[Aquel que comanda estratagemas divinas y misteriosas de la guerra.]
[Una Clase Legendaria no combatiente que se especializa en estrategia y táctica. Aunque carece de capacidades de combate, su habilidad como comandante militar para manejar el campo de batalla no tiene comparación.]
[De vez en cuando, ideará estratagemas divinas que sacudirán todo el campo de batalla, por lo que se recomienda escuchar sus consejos.]
[El Estratega Divino obtendrá la capacidad de lanzar hechizos místicos en niveles superiores, por lo que descartarlo simplemente como un no combatiente sería un grave error.]
[Al alcanzar niveles más altos y lograr el avance a segunda clase, obtendrá el poder de la previsión.]
[Tipo: Estratega/Comandante/Soporte]
[Arma: Abanico]
[Armadura: Tela]
[Potencial]
[Ataque: ■■■□□□□□□□]
[Defensa: □□□□□□□□□□]
[Utilidad: ■■■■■■■■□□]
[Estrategia: ■■■■■■■■■■]
Aunque el potencial del Estratega Divino no estaba equilibrado en todas las categorías, la clase era evidentemente brillante cuando se trataba de estrategia.
Por ello, Siegfried no pudo evitar tener enormes expectativas sobre el desempeño futuro de Hansen como su táctico.
Claro, eso no era todo…
‘¿Previsión? ¿Eso no está rotísimo?’
La capacidad de predecir lo que iba a ocurrir era, sin duda, una habilidad completamente desequilibrada.
Por supuesto, eso no significaba que Hansen pudiera leer la mente de los Aventureros o ver a través de sus patrones de comportamiento.
Los jugadores eran seres humanos reales con libre albedrío, así que no tenía sentido que un NPC pudiera prever sus acciones futuras.
Sin embargo, la historia era diferente cuando se trataba de los NPC.
El comportamiento de los NPC estaba, al final, impulsado por el algoritmo del sistema del juego, por lo que predecir sus acciones estaba totalmente dentro del ámbito de lo posible.
Así que, si Hansen desarrollaba por completo esta habilidad de previsión, básicamente podría predecir el comportamiento de todos los NPC a voluntad.
‘Esto es enorme. Me saqué el premio gordo’, pensó Siegfried.
Miró a Hansen y no pudo evitar sentir que había obtenido una auténtica Unidad Heroica.
Al final resultó que seguir el consejo del sistema y reclutar a Hansen en aquel momento había sido la decisión correcta.
“¿S-Señor…?”
Mientras tanto, el propio Hansen estaba confundido por el cambio repentino. De pronto había sido envuelto por una luz brillante y no tenía idea de lo que estaba pasando, así que era normal que estuviera desconcertado.
“N-No tengo idea de lo que acaba de pasar. Se siente como si—”
“Oh, no es nada grave. Solo significa que por fin estás empezando a florecer y a cumplir tu potencial oculto.”
“¿E-¿En serio?”
“Todo va a cambiar para ti a partir de ahora.”
Hansen no tenía ningún concepto de lo que era una clase, ya que era un NPC que había llevado una vida normal hasta que se unió al ejército. Por eso, Siegfried tuvo que explicárselo de una forma vaga pero comprensible para él.
“Te vas a volver mucho más inteligente, y puede que incluso empieces a usar habilidades misteriosas sin darte cuenta.”
“¿Y-Yo…?”
“Sí. Poco a poco empezarás a sentir los cambios en ti, así que no hace falta que te explique más.”
“Su-Su Majestad Imperial…”
“Estudia duro, ¿de acuerdo? Vas a ser un pilar de nuestro imperio, Mayor Hansen”, dijo Siegfried con firmeza.
“¿Q-Qué? ¡¿A-Alguien como yo…?!”
Hansen se quedó en shock al escuchar eso.
¿Cómo podría alguien como él, que había sido un campesino que practicaba la roza y quema, convertirse en el pilar de un imperio?
De hecho, Hansen se preguntaba constantemente si no estaría soñando cada vez que presidía la reunión estratégica de las Fuerzas Aliadas. Ahora, con esto, de verdad sentía que estaba soñando, porque todo se sentía demasiado irreal.
“Mayor Hansen.”
“¡S-Sí, señor!”
“No importa si eres noble o de origen humilde para convertirte en uno de los pilares del imperio.”
“¿S-Señor…?”
“Debes convertirte en la esperanza de nuestro pueblo, Mayor Hansen.”
“…!”
“Debes demostrar que cualquiera puede ascender si tiene la capacidad para hacerlo, y que incluso un dragón puede alzar el vuelo desde un arroyo tranquilo[1].”
“P-Pero ¿cómo alguien como yo—”
“Debes ser su esperanza, Mayor Hansen. Esta es una orden imperial”, dijo Siegfried con voz firme.
“¡A-A sus órdenes, señor! ¡Daré todo de mí para cumplir la orden de Su Majestad Imperial!”, gritó Hansen, postrándose profundamente a los pies de Siegfried.
Siegfried estaba extasiado mientras observaba a Hansen.
‘¡Premio gordo! ¡Ahora puedo aventarles todo el trabajo y largarme a disfrutar la vida! ¡Kekeke!’
Dejaría los asuntos administrativos en manos de Michele, las finanzas a Schmidt y las guerras a Hansen.
Siegfried ya estaba planeando dejar todos los asuntos relacionados con el imperio en manos de sus capaces subordinados mientras él disfrutaba de las mejores cosas que la vida podía ofrecer.
Esa misma noche, Hansen experimentó algo completamente distinto a todo lo que había vivido antes tras cambiar de clase al Estratega Divino.
‘¿C-Cómo es que estoy memorizando todo tan rápido?’
Mientras estudiaba hasta altas horas de la noche, se dio cuenta de que su memoria había mejorado de forma drástica. Siempre había tenido buena memoria, pero ahora estaba en otro nivel por completo.
Ahora podía memorizar páginas enteras en menos de cinco segundos, y sentía como si la información se absorbiera automáticamente en su cerebro.
Con solo echar un vistazo a la página, esta quedaba grabada al instante en su memoria, haciendo que estudiar pareciera no requerir esfuerzo alguno. El contenido del libro que leía se quedaba impreso en su mente con una claridad perfecta, y con solo pasar las páginas era más que suficiente para estudiar.
Así que empezó a preguntarse si realmente estaba soñando o si todo esto era real.
‘¿Esto es a lo que se refería Su Majestad Imperial?’, se preguntó.
Era la única forma de que todo tuviera sentido.
¿De qué otra manera podría explicar la repentina y dramática mejora de su memoria?
Pero eso no era todo…
Ahora podía comprender con absoluta claridad los manuales de estrategia avanzada que antes le costaba tanto entender.
‘¿Estudiar… siempre fue tan fácil?’, se preguntó.
Estudiar se había vuelto ridículamente fácil para Hansen, pero estaba lejos de ser aburrido. De hecho, ahora era extremadamente divertido.
‘Leamos ese libro después. A este ritmo, puedo terminar de leerlo y memorizarlo en dos horas.’
Con su nueva habilidad, Hansen tomó todos los libros que encontró y comenzó a absorberlos uno tras otro.
Ahora que la tarea antes tediosa de estudiar se había vuelto tan sencilla, sentía un impulso abrumador de seguir sin importar si estaba cansado o no.
A la mañana siguiente…
“Marcharemos esta tarde.”
Tan pronto como las operaciones para despejar la nieve avanzaron lo suficiente como para que las tropas pudieran moverse, Hansen dio la orden de movilizar a las Fuerzas Aliadas.
Había pausado sus estudios la noche anterior para analizar la situación y concluyó que este era el momento perfecto para atacar al enemigo.
Justo cuando las Fuerzas Aliadas estaban finalizando sus preparativos para lanzar una ofensiva contra la Alianza Sagrada…
Zzz… ZzZz… Zzz…
Siegfried roncaba con ganas en un rincón de la tienda de guerra, dando un espectáculo vergonzoso de abandono de sus deberes como Comandante Supremo.
Sin embargo, Siegfried consideró que no había ningún problema en tomar siestas abiertamente durante las reuniones estratégicas ahora que Hansen se había convertido en el Estratega Divino.
“Se levanta la sesión. Partiremos en cinco horas.”
Con las palabras de Hansen, el consejo de guerra llegó a su fin.
Cinco horas después…
¡Thud! ¡Thud! ¡Thud!
Medio millón de soldados comenzaron a salir de su base en largas columnas, avanzando hacia el territorio de la Alianza Sagrada.
La ventisca había llevado la guerra a una tregua temporal, pero ahora que había terminado, el telón de la guerra volvía a levantarse una vez más.
Mientras tanto, Michael y Shakiro habían emprendido de nuevo su viaje para recuperar las alas.
Dado que su misión principal era encontrar las alas, Michael y Shakiro actuaron de manera independiente en lugar de unirse a la guerra entre las Fuerzas Aliadas y la Alianza Sagrada.
“¿Es aquí?”, preguntó Shakiro mientras miraba a su alrededor un pueblo que parecía completamente común.
“Sí, aquí es”, respondió Michael asintiendo.
Su estado estaba lejos de ser ideal, ya que las heridas que había sufrido en la batalla contra Zerachiel aún no se habían curado por completo.
De hecho, se suponía que debía permanecer en cama al menos un mes después de la batalla, pero en lugar de quedarse recibiendo tratamiento, decidió embarcarse en la búsqueda de sus alas.
¿Por qué?
Todo era porque el tiempo no estaba de su lado.
Los ángeles estaban tratando de abrir la Puerta Celestial y descender al Reino Medio, y se volvían más fuertes con cada día que pasaba.
Esta vez, incluso el Arcángel de la Muerte, Zerachiel, había descendido, lo que resultó en la muerte de decenas de millones de personas.
Así que Michael no podía darse el lujo de descansar.
Además…
‘Una guerra trágica entre mis hermanos jamás debe ocurrir. Tengo que detener esto antes de que se desate una catástrofe aún mayor.’
La muerte de Zerachiel dejó una cicatriz en Michael, una herida que no sanaría en mucho tiempo.
Esa era la razón por la que estaba tan decidido a reunir el resto de sus alas lo más rápido posible, para poder obtener más poder y detener la crisis con sus propias manos.
“Puedo sentir mi ala en algún lugar de este pueblo”, dijo Michael.
“Entonces busquémosla”, respondió Shakiro.
Con eso, ambos se pusieron en marcha para buscar el ala.
Justo entonces, alguien les bloqueó el camino.
“Ustedes son… ¿?”
Michael se estremeció en cuanto miró al anciano que estaba de pie justo en la entrada del pueblo. Era un caballero mayor vestido con un traje elegante, y tanto Michael como Shakiro lo reconocieron de inmediato.
“¿Baal? ¿Qué te trae por aquí?”, preguntó Michael.
“¡Keke! Vine porque tengo algo que discutir contigo”, respondió Baal con una risita.
“¿Eh?”
“¿Podrías concederme un poco de tu tiempo?”
“No hay problema, pero… ¿qué te pasó en el ojo?”, preguntó Michael, ladeando la cabeza con confusión.
“¡E-Esto es…!”, Baal se apresuró a cubrirse el ojo.
Tenía el ojo tan golpeado que parecía que le habían dado un puñetazo directo en la cara.
“¡No es nada!”
“¿Eso es un moretón?”
“No, ¡no lo es! Es solo… ¡bolsas por cansancio! ¡Eso es!”
“Ehm… normalmente las bolsas salen debajo de los ojos, ¿no?”
“Lo más probable es que… el anciano lo haya golpeado”, susurró Shakiro al oído de Michael.
“Ah…”
Michael finalmente comprendió por qué el ojo de Baal estaba tan hinchado y morado.
En los tres reinos, ¿quién más sino el maestro de Siegfried, Deus, podría darle una paliza al Rey Demonio?
“¿Qué hiciste ahora?”, preguntó Michael.
Él nunca había sido disciplinado por Deus, ya que siempre había sido excepcionalmente educado por naturaleza y nada arrogante. Gracias a eso, nunca se había ganado la antipatía de Deus ni una lección especial de modales.
“Yo… accidentalmente me bebí su líquido preciado y me regañó”, murmuró Baal con desánimo. Luego suspiró y se lamentó: “Se supone que soy el Rey Demonio, pero me golpearon como a un goblin…”
Sorprendentemente, el Rey Demonio parecía estar a punto de romper en llanto en cualquier momento.
Era comprensible, ya que para alguien de su nivel, el Rey Demonio que gobernaba el Reino Demoníaco, ser regañado y golpeado por un humano era más que vergonzoso. Era directamente humillante.
“Deberías haber sido más cuidadoso. Jajaja…”
“¡Ejem!”
“Pero, ¿qué te trae por aquí?”
“Hay algo que necesito discutir contigo con urgencia.”
“¿Hm? ¿Qué cosa?”
“¿Recuerdas lo que dije aquella vez?”, preguntó Baal.
Michael intentó recordar su conversación de tiempo atrás.
“Ya he ascendido como gobernante de todo el Reino Demoníaco, así que no me queda nada por lograr. Si hay una última cosa que deseo cumplir antes de morir, es…”
“¿Hm?”
“Derrotar al Arcángel Supremo en un duelo uno contra uno.”
“…!”
“Ese solías ser tú, pero ya no eres el Arcángel Supremo. Has caído en desgracia y ya no puedes ser considerado el gobernante del Reino Celestial.”
“Entonces… ¿estás diciendo que quieres un enfrentamiento con Lucifer?”
“Precisamente.”
Ese era el objetivo de Baal. No planeaba liderar a los demonios para invadir el Reino Celestial; no, planeaba ir solo. Planeaba irrumpir en el Reino Celestial y decapitar al Arcángel Supremo, Lucifer.
Ese era el sueño de toda su vida y lo que consideraba su desafío final.
“Entonces, ¿por qué estás aquí?”
“Pronto me dirigiré al Reino Celestial.”
“…!”
“Estoy seguro de que tú también eres consciente de esto. Mientras Lucifer siga siendo el Arcángel Supremo, ni el Reino Medio ni el Reino Demoníaco podrán estar realmente a salvo.”
Eso era la verdad. La fuerza actual del Reino Celestial había superado con creces a la del Reino Medio y al Reino Demoníaco juntos.
El Reino Medio podía haber logrado grandes avances, pero aun así no era suficiente para enfrentarse a los ángeles. Además, el Reino Demoníaco había estado perdiendo fuerza de manera constante debido a sus conflictos internos.
En este punto, el poder del Reino Demoníaco había decaído tanto que, si el Reino Celestial los invadiera ahora mismo, los demonios serían aniquilados sin poder oponer una resistencia adecuada.
Por ello, Baal pretendía matar dos pájaros de un tiro: cumplir su último sueño y proteger al Reino Demoníaco. Para lograrlo, debía invadir el Reino Celestial y matar a Lucifer.
“Por eso estoy aquí para pedirte ayuda. Mi sucesor, Siegfried… Ayúdalo para que pueda cumplir su papel como mediador entre el Reino Demoníaco y el Reino Medio.”
Y esa era la razón por la que Baal había venido a buscar a Michael…
[1] Este es un antiguo proverbio de Asia Oriental que dice que un dragón puede surgir de un pequeño estanque, lo que significa que cualquiera puede llegar a ser grande sin importar el origen del que provenga.