Maestro del Debuff - Capítulo 1005

  1. Home
  2. All novels
  3. Maestro del Debuff
  4. Capítulo 1005
Prev
Next
Novel Info
                 

La cantidad de Ghouls Voraces era simplemente abrumadora. Eran tantos que resultaba sofocante. No era ninguna exageración decir que toda la capital del Séptimo Dominio, la Ciudad de la Venganza, ahora estaba infestada por ellos.

Había al menos más de cien mil… no, fácilmente sus números superaban los quinientos mil.

Por ello, la Ciudad de la Venganza se transformó al instante en un campo de batalla.

“¡Aaaack!”

“¡S-Son los Ghouls Voraces!”

“¡Aaaaack!”

Los residentes del Séptimo Dominio no tuvieron más opción que tomar las armas, fueran hombres, mujeres o incluso niños.

[Ghoul Voraz]

[Un habitante del Sexto Dominio del Reino Demoníaco.]

[Estas criaturas no pueden considerarse seres inteligentes, pues solo se mueven por su hambre insaciable.]

[Son temidos e incluso repelidos entre los propios demonios, ya que arrasan con todo a dondequiera que van.]

[Únicamente el Señor Demonio de la Gula, Sidon, puede controlarlos.]

La batalla, que parecía ya haber terminado, estaba entrando en una segunda fase.

Era una nueva guerra contra otro dominio.

“¡M-Maldición! ¡Son demasiados!” maldijo Siegfried por lo bajo mientras cortaba a los Ghouls Voraces uno tras otro. Sin importar cuántos derribara, a su alrededor seguía habiendo escenas de canibalismo.

Los demonios del Séptimo Dominio aguantaban un poco mejor, gracias a que se habían unido bajo el estandarte de Metatrón, pero los del Quinto Dominio tuvieron un destino muy diferente.

“¡Aaack!”

“¡A-Ayúdenmeee!”

“¡Sólo… mátenme…!”

“¡N-No se acerquen a mí!”

¿Qué se sentía ser devorado vivo?

Los demonios del Quinto Dominio lo descubrieron de primera mano, pues fueron emboscados por enjambres de Ghouls Voraces que les arrancaban la carne a mordiscos mientras aún estaban con vida.

Era una forma verdaderamente horrible de morir.

“¡Ustedes, bastardos, se atreven a hacer estragos en mis tierras?!” rugió Metatrón lleno de furia.

Empuñó la Vengadora y la blandió con fiereza, derribando a un ghoul tras otro.

El Séptimo Dominio era su territorio, así que no podía perdonar a los Ghouls Voraces por invadir sus tierras.

“¡Los voy a masacrar a todos!”

Tal como correspondía a un señor demonio, Metatrón despedazaba a los ghouls con una facilidad abrumadora, mostrando su inmenso poder.

No importaba cuántos hubiera, no eran nada frente a su espada.

‘Ese tipo ya creció de verdad’, pensó Siegfried con una sonrisa al verlo luchar, convencido de que ahora sí era digno de su título.

Pero Metatrón no era el único que demostraba su nuevo poder.

“¡Malditos bastardos! ¿¡Siquiera saben de quién son estas tierras!?”

Caos desataba su furia en el campo de batalla.

El demonio que antes era débil ascendió a un demonio de primera categoría cuando Metatrón subió al trono, y ahora descargaba toda su frustración acumulada durante años en los ghouls, destrozándolos en una masacre brutal.

Por primera vez en mucho tiempo, Caos luchaba a sus anchas.

Pero su dominio no duró demasiado…

“¡Grrah!”

“¡Greuk!”

“¡Kyaaaak!”

La horda de Ghouls Voraces que inundaba la Ciudad de la Venganza como un enjambre de zergs sin mente de repente comenzó a retroceder.

‘Algo viene’, advirtió el instinto de Siegfried.

Apretó con más fuerza su +16 Garra del Vencedor al sentirlo.

Una presencia tan monstruosa que le erizó la piel.

Y sus instintos no se equivocaban…

¡Thud! ¡Thud! ¡Thud!

Un enorme bulto de carne avanzaba tambaleante, con pasos semejantes al de un pato.

Medía aproximadamente dos metros de altura, pero no solo era alto. A lo ancho llegaba a más de dos metros y medio, su grasa temblando con cada paso.

Además, su cabeza era grotescamente grande, y la grasa alrededor la hacía parecer un casco.

Pero lo más impactante era su rostro.

Su expresión encarnaba la gula misma.

[Señor Demonio de la Gula: Sidon]

[El gobernante del Sexto Dominio del Reino Demoníaco.]

[Un ser consumido por su propia gula. Se convirtió en gula misma.]

[Su hambre insaciable reina suprema entre sus deseos, y puede devorar cualquier cosa.]

[Tipo: NPC]

[Raza: Demonio]

[Afiliación: Sexto Dominio del Reino Demoníaco]

[Rango: Señor Demonio]

[Clase: Señor Devorador]

“¡Pfffff! ¡Chomp! ¡Chomp!”

Finalmente mostrándose, Sidon recorrió el campo de batalla con sus ojos porcinos.

“¿Y tú quién diablos eres?” preguntó Siegfried con frialdad.

“¡Huele a cosas sabrosas aquí! ¡Chomp!” dijo Sidon, su boca torcida en una sonrisa repulsiva.

“¿Cosas sabrosas…?”

“¡Ustedes! ¡Todos ustedes! ¡Me los voy a comer a cada uno! ¡Chomp! ¡Chomp!”

“Ah, ya veo, ¿viste el caos y pensaste venir a recoger una comida gratis?” dijo Siegfried con una sonrisa torcida.

“¡Chomp! ¡Chomp!”

“Tsk… ¿Además de codicioso eres un carroñero oportunista? Me cagan los mierdas como tú”, dijo Siegfried con frialdad.

¡Boom!

Con un estallido explosivo de velocidad, se lanzó directo contra el Señor Demonio de la Gula, Sidon.

“¡Su Majestad! Ese tipo es peligroso—”

Los ojos de Metatrón se abrieron de par en par al ver a Siegfried cargar contra Sidon.

“¡Tú concéntrate en esos ghouls! ¡Tienes que cuidar de tu gente!” le gritó Siegfried.

“¡Ah…!”

“¡Yo me encargo de esto! ¡No te preocupes!”

Metatrón tembló por la oleada de emociones que lo atravesaron al escuchar esas palabras, que lo golpearon directo al corazón.

Tenía toda la razón.

‘Sí, soy el Señor Demonio de la Venganza. Los demonios de mi dominio… debo protegerlos.’

Con renovada determinación, Metatrón corrió hacia los suyos.

“¡Mataré a cualquiera que se atreva a profanar mis tierras! ¡Síganme, mis leales demonios!”

“¡Mátenlos a todos!”

“¡Es hora de matar!”

“¡Vamos!”

Bajo el mando de Metatrón, las fuerzas del Séptimo Dominio chocaron ferozmente contra la horda de Ghouls Voraces.

Mientras tanto, Siegfried se lanzó contra Sidon, convencido de que esta era la oportunidad perfecta para probarse a sí mismo.

Una batalla entre un recién coronado señor demonio y uno ya establecido.

En esta pelea, Siegfried podría medir cuánto había crecido.

‘Primero que nada… voy a partirle la madre a este cabrón’, pensó Siegfried.

Acortando la distancia, blandió con toda su fuerza su +16 Garra del Vencedor hacia abajo.

¡BOOM!

En el momento en que su arma golpeó a Sidon—

“¡Ack!”

Siegfried salió disparado con fuerza, estrellándose contra el suelo.

La cabeza de Sidon absorbió el impacto como una pelota de goma, anulando por completo el ataque. En lugar de recibir daño, su cuerpo simplemente rebotó el golpe de la Garra del Vencedor.

“Tsk…” chasqueó la lengua Siegfried con frustración.

Luego, se limpió la sangre de los labios y se levantó de pie.

Podía sentir su palma, aún aferrada a la Garra del Vencedor, palpitando de dolor. Era como si se le hubieran desgarrado las manos, y el dolor se extendía hasta sus entrañas, como si el retroceso le hubiera lastimado los órganos.

“¿Qué demonios es este monstruo…?” gruñó Siegfried.

En ese momento…

“¡Hora de comer! ¡Chomp! ¡Chomp!” exclamó Sidon y de repente se lanzó hacia adelante.

A pesar de su tamaño colosal, se abalanzó sobre Siegfried a una velocidad aterradora, semejante a un proyectil de cañón.

“…!”

Instintivamente, Siegfried transformó su Garra del Vencedor en un escudo.

A pesar de su cuerpo obeso, Sidon avanzó como una bala.

¡Boom!

En el instante en que Sidon embistió contra la Garra del Vencedor…

“¡Aaaack!”

Siegfried salió volando cientos de metros, atravesando una mansión intacta. El impacto fue tan devastador que la mansión entera se vino abajo, sepultándolo entre los escombros.

‘¿Q-Qué demonios fue eso…?’

El impacto de la embestida de Sidon era tan brutal que Siegfried ni siquiera tuvo tiempo de medir el daño recibido.

Se sentía como si hubiera recibido un cañonazo directo.

Pero no había tiempo de quedarse aturdido…

¡Boom! ¡Boom!

Sidon se lanzó nuevamente, rebotando como una pelota de goma y dirigiéndose derecho hacia Siegfried.

“¡Chomp! ¡Voy a comerte, pequeño rey demonio! ¡Debes estar tierno y jugoso!” exclamó Sidon con una sonrisa.

“¡Pinche loco!” Siegfried apretó los dientes mientras salía de entre los escombros.

‘Supongo que ser señor demonio no es solo un título honorario’, pensó.

Esta batalla era completamente distinta a su encuentro previo con un señor demonio. Dantalión había sido un rival mal emparejado contra él, lo que le permitió jugar con el Señor Demonio del Engaño.

Pero Sidon era otra historia…

Esta vez, Siegfried era el que estaba en desventaja.

Sidon parecía tener casi inmunidad total contra ataques físicos, lo que lo convertía en una pesadilla para Siegfried, cuyo estilo de lucha se basaba en daño físico puro.

¡Shwooooong!

Sidon abrió sus gruesas y grasientas piernas y se dejó caer sobre Siegfried.

Era obvio que intentaba aplastarlo con su enorme trasero.

‘¡Ni de pedo voy a dejarte!’

Siegfried transformó rápidamente su Garra del Vencedor de escudo a lanza. Entonces, echó su cuerpo hacia atrás y desató Relámpago, una técnica secreta que había aprendido del Maestro de Armas, Shakiro.

¡Puuuuk!

La Garra del Vencedor atravesó el trasero de Sidon y salió por su espalda baja, pero…

“¡Chomp! ¡Chomp!”

Sidon sonreía de oreja a oreja incluso con una lanza incrustada en el culo.

No había ni rastro de dolor en él… o más bien, su hambre sobrepasaba cualquier sensación de dolor. Su ansia abrumadora por devorar a Siegfried era tan intensa que anulaba por completo cualquier sufrimiento.

¡Plop…! ¡Plop…!

Un líquido espeso y blanquecino goteaba de la boca de Sidon mientras miraba fijamente a Siegfried.

“¡Pequeño señor demonio tan vivaz! ¡Jugoso pequeño señor demonio! ¡Te voy a devorar!”

Y con eso—

¡Chwaaaak!

Sidon abrió la boca.

Lo que antes era una boca apenas más grande que lo normal, de repente se expandió varios metros de ancho cuando se lanzó sobre Siegfried, intentando tragárselo entero.

Mientras tanto, en lo alto del castillo…

“¡Hohoho! ¡Ese mocoso se topó con el peor oponente posible!” se carcajeó Baal mientras observaba la batalla entre Siegfried y Sidon.

Como era de esperarse de un Rey Demonio, reconoció al instante que Sidon era el contra perfecto para el estilo de combate de Siegfried.

“Con un emparejamiento tan malo, podría morir de verdad. ¡Hohoho! Supongo que debería intervenir y salvarlo en el momento justo… ¿Quién sabe? ¡Tal vez entonces acepte ser mi yerno!”

Justo cuando Baal se deleitaba en su pequeña fantasía feliz—

“No será necesario”, intervino Miguel.

“¿Hm? ¿Qué quieres decir con eso?”

“Luchará un poco, pero definitivamente no perderá esta pelea.”

“¿De verdad lo crees?”

“Sí.”

“Pero ¿no es este un emparejamiento pésimo para él? Como bien sabes, Sidon es prácticamente inmune a los ataques físicos. Incluso los señores demonio veteranos evitan luchar contra él, y la única forma de vencerlo es mediante conjuros mágicos, como Dantalion.”

“Aun así, Siegfried ganará esta pelea.”

La fe de Miguel en Siegfried era tan firme que Baal no pudo evitar entrecerrar los ojos.

“¿Y por qué crees eso?”

No estaba desestimando su opinión. Sabía que Miguel, el antiguo Arcángel Jefe, tenía motivos para afirmarlo, pues su ojo era tan bueno como el suyo.

“Porque siempre encuentra la respuesta…”

“¿Hm? ¿Qué quieres decir con eso?”

“No importa cuán desesperada sea la situación, no importa lo malo que sea el emparejamiento, siempre ha encontrado una forma de salir adelante y ganar. Creo que esta vez no será la excepción. Si fuera del tipo que se derrumba por un mal enfrentamiento, entonces ni siquiera habría llegado tan lejos.

“Él tiene algo que la mayoría no posee: un espíritu indomable. Su resiliencia simplemente nunca le permitirá rendirse tan fácilmente.”

“¡Oho!” exclamó Baal con deleite al escuchar la explicación de Miguel.

Escuchar al antiguo Arcángel Jefe alabar tan alto al joven señor demonio en quien tenía puestos sus ojos como sucesor solo lo emocionó más con esa idea.

“¡Bien! ¡Excelente! ¡Me quedaré con tu palabra!”

Con eso, Baal volvió su atención a la pelea.

¡Badump! ¡Badump! ¡Badump!

Por primera vez en siglos, su corazón latía con emoción.

Este duelo entre Siegfried y Sidon era demasiado emocionante como para apartar la vista un solo instante.

‘Estoy jodido.’

El rostro de Siegfried palideció al ver la enorme boca de Sidon cerrarse sobre él.

Sin embargo, no tenía intención de caer sin pelear.

‘¿Qué tal esto?’

En lugar de resistirse, Siegfried soltó la Garra del Vencedor y estiró la mano derecha directamente hacia la boca abierta de Sidon.

Al mismo tiempo, activó la energía almacenada en su núcleo de maná.

Era la energía radiactiva del Primer Dragón Negro, Inkarthus.

¡Shwaaaa!

Un espeso gas verde brotó como un chorro presurizado de cañón de gas, directo hacia la boca abierta de Sidon.

Prev
Next
Novel Info

MANGA DISCUSSION

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

You must Register or Login to post a comment.

Apoya a este sitio web

Si te gusta lo que hacemos, por favor, apóyame en Ko-fi

© 2024 Ares Scanlation Inc. All rights reserved

Sign in

Lost your password?

← Back to Ares Scanlation

Sign Up

Register For This Site.

Log in | Lost your password?

← Back to Ares Scanlation

Lost your password?

Please enter your username or email address. You will receive a link to create a new password via email.

← Back to Ares Scanlation

Premium Chapter

You are required to login first