La Esposa es lo Primero - Capítulo 107
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- Capítulo 107 - Extra 2: La vida diaria de Xiao Huang
El sol de la mañana brillaba en las flores, los rayos de luz estaban impresos en el pelaje negro y amarillo. El chirrido de la puerta al ser abierta perturbó su maravilloso sueño de estofado de cerdo, Xiao Huang abrazó su cabeza con insatisfacción, tratando de continuar el hermoso sueño en ese mismo momento; sin embargo, esa persona siempre era tan aburrida.
—¡Estúpido tigre, el sol está brillando en tu parte trasera!—. Jing Shao pateó a la bola de pelo que se encontraba en las flores con su pie.
Xiao Huang le dio una mirada al tipo que se estiraba y le mostró sus dientes con molestia. Naturalmente, había sido criado por su amo, quien no era muy inteligente y nunca recordaba su nombre, «bola de pelos», «tigre peludo», «estúpido tigre». En el suelo él estaba gritándole desconsideradamente, pero como era un tigre con una vasta paciencia, Xiao Huang no tenía la intención de discutir con él, sólo movió su cabeza y se apresuró en irse al interior de la habitación.
La persona de Xiao Huang se encontraba recostada encima de la grande y suave cama, con un brazo a un lado de la cama, luciendo delicioso, el peludo tigre se inclinó hacia adelante y extendió su lengua para lamerlo.
Mu Hanzhang sintió una picazón en su palma, abrió sus ojos, y vio a una grande y peluda cara que lo estaba observando con ojos claros. Sin poder evitar reír, le dio unas palmaditas en el pelaje de su cabeza, se dio la vuelta y siguió durmiendo. Xiao Huang inclinó la cabeza y lo miró por un momento, luego estiró sus garras para engancharlas en aquel cabello oscuro. Aunque su dueño no tiene un hermoso pelaje, estos pelos largos son más preciosos que la cola del caballo, así que esto compensa el sufrimiento de no haber tenido un pelaje.
A Xiao Huang le gustan mucho estos pelos lisos. Agarró aquel largo cabello con sus dos garras, lo rascó una y otra vez hasta que el largo y suave cabello se convirtió rápidamente en un desastre, y también se manchó con algo de tierra. El gran tigre lo lamió con descontento, llegando a lamer la tierra para limpiarlo.
—¡Cosa estúpida, una vez más has babeado encima!—. Jing Shao dejó el desayuno que estaba en su mano, agarró la peluda nuca del tigre y lo llevó hasta afuera para llevarlo al Patio de animales en el Lado Oeste.
El antiguo Patio Oeste de la Residencia de Cheng Wang y del Marqués Wen Yuan había sido demolido, pero en realidad, se plantó hierba allí tal y como Jing Shao lo había dicho. El Palacio Imperial no podía contener a feroces bestias, así que la Emperatriz le dio su león a Cheng Wang, por lo que ahora el león vive en el Lado Oeste.
Xiao Huang era un visitante frecuente aquí. Al entrar a ese camino familiar, encontró al león dormido.
En aquellos días el pequeño león ya ha crecido, con una larga melena marrón en su cuello, se ve absolutamente formidable. Xiao Huang siempre ha simpatizado con él. Después de todo, el pelaje de su cuerpo es muy corto y no tiene rayas. Así que sólo un bondadoso tigre como él jugaría y lo acompañaría.
El gran león abrió sus ojos cuando olió al tigre, pero todavía estaba perezosamente acostado sin moverse, esperando a que el peludo tigre viniera solo. Xiao Huang se acercó con la cabeza erguida y con una presencia imponente, se inclinó al lado del león y él aceptó el saludo matutino de este pequeño hermano, permitiéndole lamer su pelaje y morder la cabeza del león.
El león bostezó, inclinó su cabeza y lamió la cabeza del peludo tigre, luego puso su gran cabeza en las patas delanteras del tigre, entrecerró sus ojos y siguió durmiendo perezosamente. Xiao Huang estaba muy insatisfecho con la flojera de su hermano menor, así que abrió la boca para morder la oreja del león y mordió varios bocados en la parte superior de esa cabeza. El león movió su cola con desaprobación y continuó ocupando las suaves patas del tigre.
Xiao Huang estaba cansado de morder, así que se acostó sobre el vientre del león para descansar. Hasta el mediodía, cuando comía la presa tributada por el hermano león, se acostó de espaldas y extendió sus patas para atrapar la esponjosa cola del león. Esa cola se balanceaba para que él la atrapara, y ocasionalmente le dejaba sostenerla para mordisquearla, pero se alejaba cuando una feroz boca estaba a punto de masticar para después continuar balanceándose.
—¡Xiao Huang!—. Después del mediodía, Ge Ruoyi vino a llevarse al tigre para bañarlo. El león es salvaje y puede lavarse solo, pero Xiao Huang es muy delicado, así que debía ser servido por alguien.
Ge Ruoyi llevó al peludo tigre al estanque del jardín y lo estaba bañando cuidadosamente, Xiao Huang está bastante contento con esta sirvienta, al menos ella no le hará entrar agua por su nariz, y también utilizaba un suave cepillo para peinar sus patas. Cuando terminó de bañarse, él levantó su mojada pata y la recompensó con una hermosa huella suya.
—¡Xiao Huang!—. Ge Ruoyi miró la marca de humedad en su amarillo vestido con enfado.
Xiao Huang sacudió su cuerpo y salpicó todas las gotas de agua sobre Ge Ruoyi, indicándole a ella que no era necesario que se conmoviera demasiado, luego caminó hacia un lugar para tomar una siesta y descansar.
—Hiii~—. Xiao Hei miró al peludo tigre gordo correr a su territorio de nuevo, y le relinchó con desprecio.
Xiao Huang sacudió su cabeza hasta que se secó, le otorgó al pequeño caballo negro una huella de su pata, dejándola en la cadera del caballo negro y brillante. Este caballo es el más hermoso que jamás haya visto, cada parte de su cuerpo se ve perfecta y debe ser muy delicioso de comer. Sin embargo, Xiao Huang sabía que no podía comer a este caballo, así que sólo podía sostener una robusta pata del caballo y babearla todos los días al mediodía, esperando tener el hermoso sueño de comer la carne de este caballo.
—¡Joven tío, ven rápido!—. Una aguda y clara voz sonó no muy lejos de allí, y un niño con ropa de laboriosos bordados jalaba a otro niño más joven que él al establo.
—Cheng’er, si mi hermano mayor nos ve, nos castigará—. La suave voz era precisamente de Mu Longlin.
—No pasa nada, papá fue a su habitación—. Jing Cheng levantó su pequeña barbilla, y dijo con confianza. —Papi seguro dormirá por bastante tiempo.
—¿Por qué?—. Mu Longlin inclinó su pequeña cabeza hacia un lado, sin comprender por qué esto tenía que ver con el hecho de que el esposo de su hermano mayor había ido al interior de la habitación con que su hermano durmiera.
—Los dos van a jugar a montar al caballo—. Jing Cheng dijo con seriedad. —Papi se cansa cada vez que juega.
—¿Juegan a montar al caballo?—. Mu Longlin parpadeó, y sus ojos se iluminaron. —Cheng’er, juguemos también a montar al caballo, ¿sí?
—¿Al caballo? Vamos a montar al tigre—. Jing Cheng habló, mientras arrastraba al peludo tigre del montón de hierba para que se levantara.
Xiao Huang estaba muy molesto cuando ellos interrumpieron su siesta de la tarde. Le rugió a Jing Cheng, se puso de pie, sacudió su cabeza y levantó sus patas para salir corriendo, buscando algún sitio con sombra en el jardín para acostarse en ella. A su vez, los dos jóvenes niños, tomados de la mano, lo siguieron por mucho tiempo con sus cortas piernas para buscarlo, y encontraron a la bola de pelo acostada en la sombra de un árbol.
Jing Cheng soltó la mano de su joven tío para arrojarse con entusiasmo en el cuerpo de Xiao Huang.
Xiao Huang se dio la vuelta y le mostró sus dientes, luego, se dobló estando echado para tirarlo. Jing Cheng cayó en la hierba y Mu Longlin se acercó apresuradamente para levantarlo. —Cheng’er, ¿la caída te dolió mucho?
—¡No me dolió!—. Jing Cheng se puso de pie y continuó yendo donde el tigre para montarlo.
—¡Ah! Ustedes dos, pequeños demonios, ¡¿cómo juegan con el tigre?!—. La nodriza que vino a buscar a ambos niños empezó a sudar frío y rápidamente levantó al Joven Príncipe que estaba en el cuerpo del tigre.
—¡Déjame bajar!—. Jing Cheng pateó con sus dos piernas cortas.
—El Señor Marqués está despierto—. La nodriza era incapaz de controlarlo, así que sacó su as bajo la manga.
Realmente, el Joven Príncipe Jing Cheng de inmediato se comportó bien cuando escuchó esas palabras: —¿Dónde está papi?
La nodriza exhaló un suspiro de alivio: —El Señor Marqués acaba de levantarse…
Antes de que pudiera siquiera terminar de hablar, Jing Cheng tomó la mano de Mu Longlin y se escapó como el humo: —Joven tío, corre rápido, en un momento papi vendrá a vernos en el estudio.
—Oh—. Mu Longlin le contestó, y fue arrastrado por su pequeño sobrino mientras se iba balanceando al correr.
El mundo finalmente estaba en paz, Xiao Huang bostezó, mordió con su boca la cola que se encontraba en la hierba, y se volvió a dormir.
Este sueño le duró toda una tarde. Cuando la luna estaba en medio del cielo, Xiao Huang se despertó por el frío de la noche, se levantó y miró a su alrededor, y vio que la luz aún estaba encendida en la habitación de su dueño. A su vez, olfateando con su nariz el húmedo aire, estimó que esa misma noche llovería, Xiao Huang le disgusta este tipo de tiempo de lluvia, así que se levantó para entrar al cuarto.
En los días lluviosos, la suave cama de su dueño es naturalmente el lugar más cómodo para dormir.
—Hmmm, no…—. La cortina de la cama estaba cubriéndolos bien y Xiao Huang no podía ver lo que sucedía en la cama. Sólo escuchó la voz de su dueño sonar como si estuviera sufriendo: —Ah, apenas lo hicimos al mediodía… Sinvergüenza…
Xiao Huang caminó rápidamente hacia la cama, y jalando la cortina, vio al desagradable tipo acostado encima del cuerpo de su dueño, mordiéndole su cuello. ¿Se va a comer al amo? Xiao Huang de repente se enojó, corrió hacia la cama, agarró a Jing Shao por el cuello y ferozmente lo tiró a la cama.
Jing Shao estaba transpirando profusamente y estaba a punto de llevar su arma a la batalla, cuando de repente fue jalado hacia atrás por una vigorosa fuerza y «plop» cayó finalmente sobre su propio pie.
—¡Estúpido tigre!—. El grito de Cheng Wang se escuchó por todo el Lado Este, e inmediatamente, el peludo tigre que no comprendía la situación fue lanzado afuera. A su vez, el dueño al que heroicamente salvó no lo ayudó y sólo lo miró fijamente cuando cerró la puerta de golpe.
Xiao Huang rasguñó la puerta de mala gana, y el grito de su dueño sonó en la habitación, al comienzo lo que se escuchaba era muy extraño, pero después de oírlo por un tiempo, la voz de su amo no sólo no se debilitó, sino que parecía tener una tendencia a volverse cada vez más fuerte, lo que demuestra que aquella persona no se llegó a comer a su dueño, ¿tal vez sólo estaban peleando?
«¡Pam pam pam!». Hubo truenos en el cielo y pronto llovió con intensidad. Xiao Huang yacía en el pasillo, mirando cómo la lluvia caía en las flores y plantas en el jardín, escuchando al sonido de la habitación que seguía sin detenerse. Dado a que él creció más que su dueño, su amo ya nunca se volvió a acostar con él, e incluso en este tipo de tormenta, él no se preocuparía de que lo golpee un trueno.
Xiao Huang rascó el rojizo pilar, el sonido de los raspones que hacía era cubierto por el murmullo de la lluvia, y nadie lo notó. Al no tener mejor opción, únicamente pudo acostarse obedientemente, y en silencio iba mirando a las gotas que caían de la intensa lluvia frente al pasillo. El tigre no puede dormir en la gran cama y está realmente solo como la nieve, miau…