El creador está en Hiatus - Capítulo 256
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- Capítulo 256 - #¿Joven Amo Bastardo, un Dios Marcial Absoluto? (3)
—¿Puño del Señor Demonio…? —Namgoong Xiaoxiao tembló—. ¿Te refieres a ese Señor Demonio? ¿El artista marcial más grande de todos los tiempos?
Todos los presentes soltaron un jadeo de asombro.
—¿A-artes marciales del Señor Demonio?
—¿Cómo es posible que el joven amo de un clan justo haya aprendido las artes del exiliado Señor Demonio?
Namgoong Xiaoxiao levantó una mano para silenciar los murmullos.
—Escuchemos lo que el hermano Yang tiene que decir. No sentí ningún tipo de energía maligna propia de la Secta Demoníaca en él. ¿Estoy en lo correcto?
Entonces, tomó la rechoncha mano de Yang Il-Shin.
—Hermano Yang, por favor dinos, ¿tus habilidades están relacionadas con la Secta Demoníaca?
Yang Il-Shin apartó de un manotazo la mano de Namgoong Xiaoxiao.
—¿Secta Demoníaca? ¡Yo inventé esta técnica! ¡Es única!
Namgoong Xiaoxiao se frotó la mano enrojecida, con el rostro deformado por la rabia.
¡Este cerdo…! ¡¿Cómo se atreve?!
Había planeado hacer un escándalo y marcharse en seguida, pero las artes marciales de Yang Il-Shin eran auténticas. No solo derrotó al prodigio de la Secta del Monte Hua, sino que su físico era más resistente que el Cuerpo Indestructible del Templo Shaolin. Estaba… tentada.
Conteniendo su enojo, Namgoong Xiaoxiao habló con voz dulce:
—¡Wow! ¡¿Desarrollaste un arte marcial único a tan corta edad?! ¡El Clan Yang realmente es asombroso! Como era de esperarse del nieto de Yang Gua, quien en su tiempo fue considerado el mejor maestro del mundo. ¡Definitivamente tienes el potencial para convertirte en un gran maestro tú también! Aun así… ¿tenías que ponerle un nombre tan ominoso?
Yang Il-Shin ladeó la cabeza mientras se rascaba.
—¿Y tú por qué estás actuando toda melosa de repente? ¿No viniste a romper el compromiso?
—Hermano Yang, todo fue un malentendido…
Namgoong Xiaoxiao se quitó el velo.
—¡Ooooh! ¡Qué belleza…!
—¡Sin duda, una de las Cinco Grandes Bellezas del Mundo!
Se escucharon suspiros y tragos de saliva por doquier.
Jeje, los hombres son todos iguales…
Por dentro, Namgoong Xiaoxiao se reía. Luego giró hacia Yang Il-Shin, esperando verlo embelesado.
—La Secta del Monte Hua y el Caballero de la Espada me presionaron… ehm, ¿hermano Yang?
Para su sorpresa, el cerdo estaba sacándose un moco con el pulgar.
—Ah, qué alivio. Estas narices son tan grandes que el pulgar entra perfecto.
Namgoong Xiaoxiao frunció el ceño, asqueada.
—Hermano Yang, ¿no sientes nada al verme?
—¿Se supone que debería?
—¿No soy hermosa?
Yang Il-Shin respondió como un cerdo tonto:
—Pues… Mi-Ri y Mi-Na noona son más guapas que tú. Anty también está más bonita. Además, tu maquillaje parece sacado del siglo pasado.
¡¿Quiénes son esas zorras?!
Ese día, Yang Il-Shin aplastó el orgullo de Namgoong Xiaoxiao, una de las Cinco Grandes Bellezas del Mundo. Sin embargo, ella no podía rendirse tan fácil.
—Seguro estás muy decepcionado de mí —dijo con los ojos llorosos, usando la mirada que ningún hombre podía resistir—. Aunque fue forzado, mis sentimientos hacia ti fueron sinceros. ¿No podrías creer en mí?
En secreto, activó su habilidad Ilusión Feliz, creada por la Emperatriz Demoníaca Salvaje, quien dominó el mundo marcial hace trescientos años.
Sss—
Los ojos de Namgoong Xiaoxiao brillaron en dorado al activarse la técnica.
—¿Hmm? —Yang Il-Shin la miraba con expresión atontada.
Jeje, cayó redondito.
Como esperaba, ningún hombre podía resistirse a esa habilidad. Yang Il-Shin se convertiría en su esclavo leal, obedeciendo cada una de sus órdenes, tal como el Caballero de la Espada.
Pero lo que no sabía… era que él estaba viendo su ventana de evaluación.
Ding.
[Namgoong Xiaoxiao]
Humana. Alrededor de 25 años.
Nota especial: Ambiciona conquistar y dominar el mundo marcial usando la habilidad Ilusión Feliz. Quiere agregarte a su colección de artistas marciales esclavizados.
—¡Pfffft! —Yang Il-Shin infló el pecho como un globo, y luego rugió con fuerza—. ¡¡KWAaaaa!!
Una ráfaga de viento barrió el salón. Los artistas marciales se tapaban los oídos con dolor y lo miraban aterrados.
—¡Qué qi tan aterrador!
—¡Tan joven y con ese poder!
Namgoong Xiaoxiao fue la más impactada.
—¿P-por qué mi habilidad no funcionó? ¡¿Hyyyaaa?! —gritó, mientras Yang Il-Shin levantaba su enorme puño hacia ella.
—¿H-Hermano Yang? ¿Cómo puedes levantarle la mano a una mujer indefensa?
—¡El Puño del Señor Demonio no discrimina entre géneros!
¡PUM!
Le soltó un puñetazo directo al estómago.
—¡Kyaaaaa!
¡BAAAM!
Voló como hoja al viento y se estrelló contra una pared. Quedó noqueada.
—¡¿C-cómo te atreves a tratar así al tesoro del Clan Namgoong?!
—¡Entren en Formación de Espadas Celestes Azures! ¡No lo dejaremos ir con vida!
—¡Sí, señor!
CLAAAANG.
Los miembros del Clan Namgoong desenvainaron sus espadas y cargaron todos contra Yang Il-Shin.
SWOOOOSH.
Las cejas de Yang Il-Shin se arquearon ferozmente al ver las espadas venir.
—¡Hyaaa! ¡¡Puño del Señor Demonio!! ¡¡Patada del Señor Demonio!!
Como un cerdo ahogado, comenzó a manotear a lo loco.
¡BAM BAM BAM!
Momentos después, Yang Il-Shin estaba solo, rodeado de espadas rotas y oponentes sangrantes.
—¡Uuugh…!
—¡Keugh…!
—¡Yo me declaro el verdadero Señor Demonio! —gritó Yang Il-Shin, con la panza temblando por el impacto—. ¡¡Solo puede haber un Señor Demonio en este mundo!! ¡¡Díganle al impostor que lo reto a un duelo!! ¡¡Le mostraré al mundo quién es el verdadero!!
So Hyang apretó los puños, con lágrimas en los ojos.
—¡J-joven amo, qué genial se ve!
La declaración del joven amo del Clan Yang provocó una conmoción en el mundo marcial.
Nadie sabía dónde se encontraba el verdadero Señor Demonio, así que me autoproclamé como tal, esperando provocarlo para que viniera a buscarme. Pero… trajo algunas consecuencias inesperadas.
—¡Soy Gu Wenjin, Espada Divina de la Flor de Ciruelo, anciano de la Secta del Monte Hua! ¡He venido a vengar al Caballero de la Espada!
—¡Lárgate! ¡Puño Exterminador del Señor Demonio!
—¡Aaaaaagh!
—Amitabha. Soy Yijue del Templo Shaolin. ¿Se encuentra aquí el hombre que se hace llamar «Señor Demonio»? He venido a iluminarlo con el camino del Buda.
—¡Cierra el pico, monje! ¡Patada Iluminadora del Señor Demonio!
—¡Aaaaaaah! ¡B-buda!
—¡Ugh! Soy Luo Hanyi, líder del Culto del Señor Demonio Celestial. ¡¿Cómo te atreves a insultar a mi maestro, cerdo asqueroso?! ¡Te haré trizas!
—¡Puede que parezca cerdo, pero no tolero que me llamen así! ¡¡Puño Barrigón del Señor Demonio!!
—¡Uuuuugh! ¡Q-qué poder tan brutal!
Llegaban hordas de retadores como hormigas al azúcar, lo cual llevó a esto:
—¡En todo el cielo y la tierra, yo soy el único digno de honor! ¡Descenso del Señor Demonio, admiración de todos los demonios!
—¡Larga vida al más grande artista marcial y nuevo Señor Demonio, el héroe Yang Il-Shin!
Miles de artistas marciales se arrodillaron ante mí, venerándome con devoción. Darían sus vidas si se los pidiera. Honestamente… parecían más fanáticos que otra cosa.
Aigoo, qué dolor de cabeza…
Convertirse en fanático parecía ser común entre los maestros. No lo hice a propósito, pero su fe incrementaba mi poder divino, lo cual era buena ventaja. Me froté la cabeza.
So Hyang, quien me abanicaba, me miró preocupada.
—¿Joven amo, se siente mal? ¿Le traigo el artefacto divino?
—¿Oh, tenemos más?
—Sí. La Secta Wudang ofreció recientemente el Látigo de Cola de Caballo.
—Está bien, tráelo.
Una ventaja de ser artista marcial era poder obtener fácilmente los artefactos divinos que dejaron los Tres Puros. Cada vez que absorbía poder divino de ellos, me hacía más fuerte… y además, bajaba de peso como efecto secundario. Ya había perdido cincuenta kilos; ahora era un cerdo flaco de solo ciento cincuenta.
Mientras absorbía el poder divino del Látigo de Cola de Caballo, pensé: ¿Y si voy directamente al palacio imperial?
Según los recuerdos de mi vida pasada, el emperador del Imperio Eunju se convertiría en el apóstol del Dios Destructor. Pero según la información de la Secta de Mendigos y del Clan Hao, por ahora no había nada raro con el emperador. A diferencia de su predecesor tirano, esta era una gobernante justa. Distribuía ayuda a víctimas de desastres y limitaba los banquetes a tres platillos.
Parece que aún tengo algo de tiempo. Aunque me preocupa que intervenir cause nuevas variables.
Si actuaba antes de tiempo, podría terminar enfrentando a un apóstol distinto del esperado.
Aun así, lo mejor sería trabajar con el verdadero Señor Demonio.
Justo en ese momento, un hombre de mediana edad se acercó. Era Luo Hanyi, primer discípulo del Señor Demonio y líder del Culto del Señor Demonio Celestial.
Se inclinó respetuosamente.
—Nuevo Señor Demonio, tengo algo importante que entregarle.
¿Otra vez con lo de “Nuevo Señor Demonio”?
Suspiré con resignación. Mis fanáticos —sobre todo los del Culto— me llamaban así para distinguirme del verdadero. No podía acostumbrarme.
—¿Qué sucede, líder?
—Mi maestro me envió una carta para usted.
Me levanté de golpe.
¡Por fin apareció!
En el acantilado sin fondo de Shiwan Dashan, el símbolo del Culto del Señor Demonio Celestial se alzaba hacia el cielo, y la luna nueva brillaba con un aura siniestra.
—¡Huff, puff…! —sudaba a mares mientras trepaba el acantilado.
¿Por qué demonios siempre se reúnen en lugares así de peligrosos en las novelas de artes marciales? ¿Qué tienen contra las tabernas?
Pero bueno, era yo quien tenía menos poder, así que no me quedaba de otra.
Después de un buen rato, por fin llegué a la cima. Lo primero que vi fue la silueta de un hombre vestido de negro, de espaldas a mí, mirando al cielo con arrogancia.
—Un buen viento para matar… y para morir —murmuró el anciano, con el cabello ondeando al viento—. Ocho partes de lo que me formó fue el viento.
Ah, ya entiendo. ¿Por eso se llama Prueba del Viento? Ugh, me quiero morir.
Suspiré al mirar la espalda del héroe del viento… no, del Señor Demonio del viento.
—Haa… cuánto tiempo sin verte, Maestro.
El hombre volteó de golpe, frunciendo el entrecejo con fuerza.
—¿Qué acabas de decir?