Doctor Jugador - Capítulo 257
Ese príncipe engreído hará todo lo posible para asegurar mi victoria. Solo tengo que sentarme y esperar el momento adecuado para arrebatarle los frutos de su esfuerzo.
No estaba claro qué planeaba Raymond. Aun así, la Competencia Mundial había comenzado. Vermont subió al podio, señalando el inicio de las festividades del día.
—Gracias a todos por estar aquí. Como saben, esta competencia es una ceremonia sagrada que se ha transmitido por generaciones para conmemorar la fundación del Reino Catal.
La competencia servía como una ceremonia sagrada, un tributo al establecimiento del reino.
Dicen que el Santo Lenith, el fundador de Catal, fue un maestro en sanación, esgrima y magia.
Raymond negó con la cabeza. Aunque el Santo Lenith había vivido hace cientos de años, sus habilidades parecían impresionantemente sobrehumanas. Esta competencia se celebraba para honrar sus destrezas en esgrima, magia y sanación.
—Hoy, esperamos ver finalmente al héroe legendario que ha sido esperado durante siglos. Ahora, demos inicio oficial a la competencia.
Hablar del héroe legendario sonaba más a un ritual que a una expectativa real. En verdad, a casi nadie le importaba. Solo unos pocos hablaban realmente del tema.
—¿El héroe legendario no aparecerá esta vez tampoco, verdad?
—Claro que no. Nadie ha logrado tal hazaña en siglos. Aparte del Santo Lenith, nadie puede cumplir esas condiciones.
—¿Quién sabe? Si apareciera el Rey Santo del Reino Sagrado, tal vez sería posible.
El hombre al que se referían era conocido como uno de los mejores sanadores del continente y uno de los espadachines más fuertes que existían.
¿En serio solo alguien como él podría lograr esa hazaña legendaria?
No parecía un tema lo bastante importante como para perder tiempo pensándolo, así que Raymond decidió ignorar esas especulaciones. Pronto, el anfitrión de la competencia subió al escenario.
—¡Ahora, comencemos con el primer evento, el torneo de combate! ¡El tema de la Competencia Mundial de este año es artes marciales!
Eso significaba que los competidores tendrían que pelear sin usar armas.
—¡Por razones de seguridad, el uso de maná está prohibido! ¡Deben depender únicamente de sus habilidades en artes marciales!
Nada de maná permitido; esa regla siempre se había mantenido en torneos anteriores.
Si se usaba maná, era inevitable que ocurrieran heridas graves. Este era un torneo pensado para nobles y figuras de alto rango, así que eso sería problemático.
El anfitrión gritó una última vez:
—¡El último retador en pie será el ganador! ¡Ahora, que suba el primer retador, por favor!
El torneo avanzó rápidamente. Los primeros retadores eran caballeros con nivel de Experto Espadachín principiante.
Tras unos duelos, la emoción en la arena aumentó cuando el anfitrión anunció:
—¡A continuación, el Príncipe Godd del Reino Gears!
Había llegado el momento que todos esperaban. El Príncipe Godd entró en la arena con arrogancia y rápidamente dominó a su oponente.
—¡Wow!
—Como era de esperarse del Reino Gears.
Los espectadores estaban impresionados. El Príncipe Godd realmente poseía habilidades dignas del príncipe de la nación más fuerte. Entonces, hizo un movimiento inesperado.
—Me gustaría desafiar al siguiente oponente. Príncipe Raymond del Reino de Huston. ¡Quiero ver de qué estás hecho!
Todos los presentes mostraron interés, pero Raymond negó con la cabeza.
—Soy un sanador. No me involucro en nada que no sea ayudar a los pacientes. Lo siento, pero no puedo complacer tu petición.
El Príncipe Godd frunció el ceño y el público también se mostró decepcionado.
Así que… era pura palabrería.
Al ver sus expresiones desdeñosas, el séquito de Raymond sintió una oleada de furia, especialmente la Princesa Heredera Jude, quien estaba sentada en primera fila, apretando los puños.
Mentor.
Quería intervenir y reprenderlos por su rudeza, pero no podía debido a lo que Raymond le había dicho:
—Por favor, confía en mí y espera.
Tal como estaba planeado, Raymond no estaba actuando todavía.
No debo intervenir aún. El fruto todavía no está maduro para ser recogido.
En realidad, a Raymond no le importaba.
Sus miradas no me afectan en lo más mínimo.
Comparado con las miradas que recibió en su infancia como bastardo, esto no era nada.
Aguantaré un poco más hasta que ese mocoso malcriado tenga que esforzarse aún más.
Después de eso, el Príncipe Godd mostró sus habilidades abrumadoras y dominó a los demás retadores. La elegibilidad para el torneo de combate estaba limitada a Expertos Espadachines intermedios o menos, así que cualquiera por debajo de ese nivel no tenía oportunidad. Finalmente, Godd derrotó a otros dos Expertos intermedios, asegurando prácticamente su victoria.
—¡El Príncipe Godd gana! ¿Hay más retadores?
La arena quedó en silencio. La mayoría de los contendientes fuertes ya habían sido eliminados. Todas las miradas se dirigieron por fin a Raymond, y los labios del Príncipe Godd se torcieron en una sonrisa burlona.
—¿De verdad no tienes interés en participar en el torneo? Qué lástima. Quería ver las habilidades de la tierra de los caballeros.
¿La tierra de los caballeros? Já.
Los caballeros del Reino Gears soltaron risitas. Sin duda, su reino poseía actualmente a los caballeros más poderosos del Imperio Unido de la Cruz. Así que cualquiera que lo escuchara sabía que sus palabras eran una burla. Sin embargo, el Príncipe Godd cruzó la línea con su siguiente comentario.
—¿Estás asustado? Supongo que todo eso de la tierra de los caballeros era puro cuento.
Fue un comentario ofensivo e insultante que un príncipe heredero no podía simplemente ignorar.
¿Va a quedarse sentado después de escuchar eso? Qué decepción.
Mientras el público negaba con la cabeza incrédulo, algo inesperado ocurrió: Raymond se levantó lentamente de su asiento.
—Bueno, si vas a hablar así, supongo que no tengo otra opción. Puede que no sea el mejor, pero acepto tu desafío.
Los ojos de todos se abrieron con sorpresa porque Raymond finalmente había aceptado el reto. Por supuesto, tenía sus razones para esa decisión repentina. Escaneó la arena y sonrió para sí.
Parece que la mayoría de los contendientes más fuertes ya fueron eliminados.
El mocoso malcriado jamás imaginaría que Raymond había estado esperando este momento desde el inicio.
¡Esperé hasta que ese idiota eliminara a todos los rivales duros por mí!
Raymond estaba jugando inteligentemente, aprovechando la regla que estipulaba que una vez eliminado, no se podía volver a entrar en la competencia. Ahora, si lograba derrotar al mocoso, tendría asegurada la victoria.
Por supuesto, después de contenerme tanto tiempo, simplemente ganar no será suficiente. Voy a barrer el piso contigo.
—Tengo una condición. Soy un sanador, y me prometí a mí mismo que solo entraría en un duelo si era por el bien de mis pacientes. Pelearé únicamente por su beneficio —Raymond miró fijamente al Príncipe Godd—. Así que, si gano, tendrás que unirte a mí en donar a pacientes necesitados.
—¿Donar…?
Raymond escaneó rápidamente el cuerpo de Godd. Como era de esperarse del príncipe de la nación más fuerte, estaba adornado con todo tipo de joyas: aretes, collares, anillos, lo que fuera.
—Por favor, dona tu espada y todos tus accesorios a pacientes necesitados. Si pierdo, te devolveré este guantelete.
Raymond agitó el guantelete que le había quitado a Godd, y el rostro del príncipe se puso rojo como un jitomate.
¡Maldito seas!
Aceptó de inmediato las condiciones, y Raymond descendió a la arena.
Es mi primera vez peleando con las manos desnudas.
Con ese pensamiento en mente, Raymond adoptó una postura torpe. Era obvio que no estaba entrenado en artes marciales, y el público sacudió la cabeza, hablando entre ellos.
—¿Tiene el Cuerpo Marcial Celestial? Lo dudo.
—Aun así, admiro su valor. Solo espero que no salga muy herido.
Se oían esos comentarios porque el Príncipe Godd lucía feroz, como si estuviera decidido a causar problemas sin importar el título de Raymond, pero este no le prestó atención. Estaba enfocado en los mensajes que aparecían rápidamente frente a él:
[Habilidad activada]
[¡Tu oponente no está en su sano juicio! Habilidad activada en crisis]
[…]
[¡Te levantaste por tus pacientes! Habilidad <Espíritu Sacrificial del Sanador> activada]
[Estadísticas]
Fuerza: 82 → 174
Sintonía: 75 → 171
Las estadísticas de Raymond se dispararon, y sus habilidades físicas se elevaron a otro nivel.
—Es un honor experimentar las artes marciales de Huston, famosa como la tierra de los caballeros —dijo el Príncipe Godd entre dientes.
Raymond simplemente asintió. Sin duda, gracias al enorme aumento de estadísticas, no sentía miedo alguno. Pronto, comenzó el combate.
¡Pum!
El puño de Raymond se estrelló contra el rostro de Godd.
Con un solo golpe fue suficiente para destrozarle la nariz a Godd, romperle dos dientes frontales y hacerlo rodar por el suelo. Raymond se convirtió en el campeón del torneo de combate, y eso ni siquiera fue el final de su buena fortuna.
—¡El ganador del torneo de magia es el Príncipe Heredero Raymond del Reino de Huston!
La arena estalló en júbilo. Raymond no solo había ganado en combate, también en la categoría mágica.
[Logro: Doble Corona completado]
[¡Nivel extra obtenido!]
[¡50 puntos de habilidad extra obtenidos!]
[¡Tu grandeza se difundirá por todas partes!]
Raymond silbó por dentro.
La magia fue aún más fácil porque las reglas eran muy favorables.
El torneo de magia no consistía en pelear con hechizos. Se trataba de usar magia básica de la forma más eficiente. Si la competencia se basara en magia de alto nivel, los resultados serían demasiado obvios. Por eso, establecieron condiciones que favorecían mostrar el talento fundamental de un mago. En resumen, el torneo estaba totalmente inclinado a favor de Raymond.
[¡Tu estadística de Inteligencia ha superado enormemente tu nivel mágico!]
[¡El poder de tu magia ha aumentado mucho!]
[¡Ahora puedes aplicar magia de forma más precisa!]
Eso no era todo. Raymond también había usado un objeto.
[La habilidad <Uso de Maná del Sanador> se ha mejorado temporalmente a grado C]
[¡100 puntos de habilidad consumidos!]
[¡Ahora puedes usar maná de forma más eficiente!]
Con la aparición de estos mensajes, Raymond salió victorioso, y el Príncipe Lyson quedó congelado por la sorpresa antes de comenzar a temblar de furia.
Me hice de una buena lana. ¿Cuánto vale todo esto?
Raymond no pudo evitar celebrarlo. Como había hecho una apuesta similar con el Príncipe Lyson, todas las joyas y armas de los príncipes Godd y Lyson eran suyas.
Las gemas están bien, pero el precio de la espada y el bastón mágico debe ser una locura, ¿no?
Como eran armas usadas por príncipes de los Reinos Gears y Alphenser, debían valer una fortuna.
En conjunto, deben valer más de 200,000 penas. ¡Wow! Esto es el paraíso. ¡Catal es el cielo!
Raymond no se olvidó de dar un cierre perfecto.
—Gracias por sus generosas donaciones para los pacientes y el pueblo.
El Príncipe Lyson se quedó sin palabras. Despojado de todo, desde su bastón mágico hasta sus accesorios, su rostro se torció en una mueca. Fue un espectáculo delicioso de ver. Por supuesto, Raymond ocultó sus verdaderos sentimientos y adoptó cuidadosamente una expresión santificada.
—Las donaciones dadas por ambos príncipes serán usadas para ayudar a los pacientes y al pueblo.
Planeaba venderlo todo y comprar la carne de res más cara que se pudiera encontrar en Catal. Solo pensar en eso lo hacía feliz.