Caminando en otro mundo - Capítulo 690
Al día siguiente de conocer a Herc, le decimos a Argo y a los demás que volveremos en un día, y vamos a ver a Kaina al pueblo de los gigantes.
Cada quien es responsable de sus comidas mientras tanto. Iba a dejarles comida preparada, pero después de mencionarlo, ya no estuvieron tan seguros.
Todos están bien aquí en el pueblo de los gigantes. Sin darnos cuenta, nos empiezan a regalar cosas como vegetales que cultivaron aquí y hierbas medicinales que recogieron en el bosque.
No quieren aceptar mi dinero, así que a cambio les doy carne de monstruo que conseguí en el calabozo.
El hecho de que los gigantes sean grandes también significa que comen mucho. Aprecio que aun así nos hayan dado cosas como verduras.
“¿Viniste por mí?”
Es lo primero que pregunta Kaina.
Los gigantes a su alrededor parecen tener sentimientos encontrados. Se nota que la adoran.
“Sobre eso, esta vez… No, ¿puede Kaina quedarse aquí?”
“Pero…”
“Ah, ya hablé de esto con Calotos.”
Una de las razones principales por las que Kaina se unió a nosotros fue para ver el mundo exterior y contárselo a Calotos.
Los gigantes se ven contentos con esto, pero Kaina parece tener sentimientos encontrados.
“También hay una razón por la que no deberías acompañarnos esta vez.”
Hay muchos usuarios de Evaluación.
Según Herc, hay bastantes en Ale y Martillodehierro, pero seguramente otros clanes también tienen.
Se especializan en evaluar objetos, no personas, pero como Kaina es un gólem, podrían descubrir lo que realmente es.
Un gólem con mente propia. Estoy seguro de que eso causaría un gran alboroto.
“Sí, podría hacerse público que soy un gólem.”
Susurra Kaina.
Sería otra cosa si no estuviéramos en el imperio, pero… Además, por lo que vimos antes de hablar con ella, Kaina está disfrutando su vida aquí.
Su expresión no cambia, porque es un gólem, pero esa es la sensación que transmite.
“Entiendo…”
Dice, probablemente porque Calotos estuvo de acuerdo.
“¿Pero estás seguro? Si estoy usando este cuerpo, eso significa menos poder de combate para ustedes.”
“Sí, lo resolveremos. Y puede que consiga materiales para hacer otro gólem.”
Después de todo, hay gólems en este calabozo. Aunque incluso si llego a hacer uno, tomará tiempo para que adquiera experiencia en combate, así que no será útil al principio.
Pasamos la noche en el pueblo, y le contamos a Kaina sobre el calabozo en Zuirya.
También se reúnen los gigantes, mostrándose interesados. No es que sea tan emocionante, pero quizás solo tienen curiosidad sobre el mundo exterior.
Esta casa fue hecha para gigantes, pero incluso así se siente estrecha con tanta gente dentro.
“Entonces liberaron al dios kijin.”
“Supongo.”
No pude evitar responder así.
Pasamos por Altair antes de venir aquí, y el dios kijin… Shuka, se manifestó.
Eso estuvo bien, pero Shuka no habló.
Según Eliana…
“Shuka es tímido. Eso cambiará con el tiempo.”
No habríamos logrado nada sin Eliana y Calotos. Además, ellos dos entendían lo que Shuka decía, a pesar de que no hablaba.
Había gratitud y remordimiento, esto último porque los kijin estaban siendo usados de esa forma en el calabozo.
“¿No pueden ser liberados?”
“…No. Echaron raíces después de tantos años allí.”
Fue la respuesta de Eliana a mi pregunta, y Shuka asintió mientras apretaba los labios.
No pudimos hablar mucho más, así que vinimos aquí después de explicarle todo a Calotos.
“Sería distinto si hubiera kijin que se hubieran refugiado en algún lugar, como la gente de aquí.”
Murmuro mientras estoy acostado en la cama.
Esta cama fue hecha para un gigante, así que hay espacio de sobra incluso si estiro todos mis miembros.
“No hay nada que podamos hacer.”
“Sí. Lo hecho, hecho está.”
Dicen Chris y Rurika.
Tienen razón, esto ocurrió mucho antes de que naciéramos.
Tal vez podrían ser liberados si el calabozo desapareciera, pero los siete calabozos seguirán funcionando incluso después de ser conquistados.
De hecho, fueron creados usando el poder de los dioses, así que tal vez desaparezcan si los liberamos.
Eso sería un problema en sí mismo, porque algunas personas dependen de los calabozos para vivir.
…Solo podemos hacer lo que esté en nuestras manos.
Suelto un gran suspiro y relajo el cuerpo, hundiéndome en la cama.