Amar al hombre más guapo de la capital - Capítulo 256
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- Capítulo 256 - Totalmente excitado a primera vista
En el estudio.
Gong Cangnan, observando el video en vivo que se mostraba mágicamente en un espejo, preguntó:
—¿Por qué no les das un descanso, Maestro? ¿Por qué estás comenzando la segunda prueba justo después de que terminó la primera?
El anciano, sacudiendo la cabeza mientras se acariciaba la barba, respondió:
—Con lo astuto que es ese chamaco, si lo dejo regresar para que descanse, seguramente me convocará para que le explique esto y lo otro, lo cual sería muy problemático. Así que mejor decidí hacer que pasaran directamente a la siguiente prueba.
—¿Y no temes que después te reclame cuando descubra el verdadero propósito de esta prueba? —inquirió Gong Cangnan.
—Claro que sí, por eso, cuando esto termine, me iré de viaje y me aseguraré de que no pueda encontrarme —dijo el viejo.
Gong Cangnan: «…»
…
En ese momento, Luo Feng estaba en su habitación. Abajo se oía una discusión bastante acalorada, pero él, tranquilamente, iba hacia el baño con su pijama en la mano, planeando darse un baño y luego dormir temprano.
Para su molestia, por la herida en la cabeza no podía lavarse el cabello, lo cual era insoportable para él debido a su grave misofobia.
Sin embargo, no podía mojarse la herida, así que no tenía más opción que aguantarse.
Después del baño, sintió un poco de sed, así que abrió la puerta de su habitación con la intención de ir a la cocina por un poco de agua, pero no bien había salido cuando escuchó el llanto histérico de su hermana desde abajo:
—¡Luo Feng, vas a pagar por esto!
—¿Todavía tienes el descaro de culparlo? ¡No puedo creer que siendo una dama de la familia Luo hayas caído tan bajo! ¿¡Tienes idea de lo mucho que esto podría deshonrar nuestro apellido!? —gritó Luo Fuguo.
—¡Él me está difamando, papá! ¡Esa no soy yo! ¡De verdad que no soy yo! —Luo Ling seguía negándolo.
Pero Luo Fuguo no era ningún tonto. Había imágenes del frente de su hija en el video, y la definición era tan alta que incluso se podía ver claramente su marca de nacimiento. No había lugar a dudas.
Las fotos podían editarse, pero eso era un video.
Miró decepcionado a su hija, quien siempre había sido la niña de sus ojos, sin poder creer que hubiera hecho algo así.
En el video, su hija fumaba marihuana con un par de jóvenes en un cuarto privado de un club nocturno.
Eran drogas ilegales. Si eso se hacía público, la reputación de la familia Luo se vería comprometida, y si alguno de sus rivales lo aprovechaba en su contra, la familia podría enfrentarse a una crisis sin precedentes.
—¡De verdad que no era yo, papá! ¡No consumí drogas! ¡Lo juro! —insistía Luo Ling, intentando defenderse. Al ver a Luo Feng bajando las escaleras, le gritó—: ¡Maldito! ¿Por qué me estás haciendo esto?
La madre de Luo Ling sentía dolor y decepción al saber que su hija había consumido drogas, pero también odiaba que Luo Feng le hubiera mostrado la evidencia a su esposo.
¿Por qué se la mostró a su esposo? ¿Por qué no se la dio a ella en privado? ¿Acaso no era obvio que su esposo se enfurecería al enterarse?
Luo Fuguo también giró la cabeza y, mirando a Luo Feng, preguntó:
—¿Tienes alguna copia de ese video? Si la tienes, tráela y destrúyela ahora mismo. ¿Alguien más sabe de esto?
Luo Feng, de pie en las escaleras, los miró con una sonrisa.
Era evidente que su padre preguntaba eso porque temía que él, Luo Feng, pudiera divulgar el secreto.
En ese momento, Luo Feng no sentía más que lo ridículo de toda la situación. Ahora le quedaba claro que un padre como ese no era alguien sin quien no pudiera vivir.
—¿Me creerías si te dijera que no tengo más copias? Somos familia. ¿Qué crees que podría hacerle a mi familia? ¿Crees que llegaría al nivel de tu hija, quien me engañó para que recibiera una golpiza por ella al no poder pagar sus deudas de juego? Para ella soy un parásito, y no hay un solo día en que no quiera que me desheredes o que no desee verme sufrir.
Creo que aún conservo algo de humanidad, porque al menos yo no usaría a mis hermanos como chivos expiatorios para salvarme el pellejo.
—¡Ja! ¡No te creas un santo! ¡No hay forma de que una perra como tu madre haya podido parir a un hijo noble! —espetó Luo Ling, recurriendo a insultos.
Luo Feng, en lugar de estallar, sonrió:
—No olvides que la mitad de mis genes son del hombre que está a tu lado. Mi madre no merece todo el crédito por la persona en la que me he convertido.
El rostro de Luo Fuguo se tornó sombrío al escuchar eso. Desvió la mirada de Luo Feng y le dijo a Luo Ling:
—Te enviaré al extranjero mañana. ¡Y no volverás sin mi permiso!
—¿Qué estás diciendo, Fuguo? ¿¡Vas a enviar a nuestra hija al extranjero!? ¿Cómo se supone que va a vivir sola allá? ¡Esto es una locura! ¡No lo permitiré! —protestó Chen Yan, su esposa, de inmediato.
Luo Fuguo la fulminó con la mirada y le gritó:
—¡Todo esto es culpa tuya! ¡Si no la hubieras consentido tanto, nunca habría terminado así! Se quedará en el extranjero por lo menos cinco años. ¡Se acabó la discusión!
—¡Perfecto! ¡Entonces me voy con ella! —estalló Chen Yan antes de lanzarle una mirada llena de odio a Luo Feng, creyendo que él había hecho esto deliberadamente para dividir a la familia.
¡Ese hijo de una rompehogares era realmente venenoso!
Luo Feng, indiferente a la mirada asesina de Chen Yan, bajó las escaleras, entró en la cocina y se sirvió un vaso de agua, pero no salió de inmediato. En cambio, se quedó mirando en silencio a un punto fijo, con la mirada perdida.
Pasaron unos momentos antes de que saliera, solo para ser jalado bruscamente hacia otra dirección por una mano.
Apenas había llegado al jardín trasero cuando lo arrojaron al suelo con fuerza. Antes de poder ver a su atacante, recibió una fuerte patada en el estómago.
Ahora sabía quién era, aunque no había visto su rostro. ¿Quién más que Luo Chen podría haberle dado una patada con la fuerza suficiente para matarlo?
—¡¿Estás loco, Luo Chen?! —gritó Luo Feng.
Luo Chen le pisó la cabeza y dijo:
—Ja, estoy loco, sí. ¿Y qué vas a hacer al respecto? ¿Olvidaste mi advertencia? Te dije que si querías vivir en esta casa, tenías que mantenerte agachado. ¡Y que te haría la vida imposible si causabas problemas! ¡Y ahora mi padre está mandando a Ling al extranjero por tu culpa, y mi madre se va con ella! ¿También planeas echarme a mí de la familia? ¿Para que tu madre, esa ludópata, se mude aquí?
Dicho eso, le soltó otra patada en el abdomen y agregó con frialdad:
—Deja de soñar. ¡Jamás serás el que mande en esta familia!
—¿Cuándo he causado problemas? Me mantengo agachado y aun así no me dejan en paz. ¿Por qué tengo que seguir aguantando si ustedes me están haciendo la vida imposible? —replicó Luo Feng fríamente, mirando a su medio hermano.
Luo Chen se sorprendió por un momento y justo iba a patearlo de nuevo cuando su pie fue sujetado por Luo Feng. Al instante lo hizo caer al suelo y empezó a soltarle puñetazo tras puñetazo por todo el cuerpo.
—Luo Chen, si te portas bien, guardaré tu sucio secretito frente a papá, pero si vuelves a hacer algo así, puede que el próximo en ser enviado al extranjero seas tú, y entonces tal vez sí termine siendo yo quien mande en esta familia —dijo Luo Feng con una sonrisa burlona.
—¡En tus sueños! —Luo Chen se sobresaltó, pensando que solo estaba fanfarroneando.
Luo Feng se inclinó, acercó la cabeza a la de su medio hermano y dijo:
—Ya veremos.
Luego lo soltó y regresó a la casa. Detrás de él, Luo Chen lo observaba con odio, como si quisiera devorarlo vivo.
De vuelta en su habitación, Luo Feng se recostó a dormir.
A la mañana siguiente, Luo Feng se levantó y descubrió que Luo Ling ya había volado al extranjero.
Mientras bajaba las escaleras, vio a Luo Fuguo y Luo Chen desayunando en la mesa, pero Chen Yan no estaba, probablemente aún furiosa en algún rincón.
Sin decir nada, se sentó directamente a la mesa y comenzó a comer.
Luo Chen levantó la cabeza, le lanzó una mirada gélida, dejó los palillos sobre la mesa, se levantó y se fue.
Luo Feng y Luo Fuguo se quedaron solos en la mesa. Tras haber comido, Luo Fuguo levantó la cabeza del plato y, mirando a su hijo, preguntó:
—Te vas a graduar. ¿Ya tienes planes para el futuro?
—No voy a trabajar en ninguna de tus empresas, si eso es lo que te preocupa —respondió Luo Feng con franqueza.
El rostro de Luo Fuguo, como era de esperarse, se oscureció un poco. Mirándolo con desaprobación, dijo:
—¿Eso es un berrinche?
—No, solo quiero decirte que yo… —Luo Feng de pronto interrumpió la frase al recordar algo muy importante, luego se levantó de golpe, dejó los palillos y, diciendo que tenía algo urgente que atender, salió apresuradamente.
Luo Fuguo arrojó sus palillos al suelo y rugió:
—¡No te atrevas a irte así!
Luo Feng ignoró por completo el grito furioso de su padre. Lo único en lo que podía pensar era en llegar a su escuela cuanto antes.
Por culpa de las artimañas de Luo Ling, su padre lo había castigado con arresto domiciliario por una semana, y durante ese tiempo, la novia de uno de sus amigos, al enterarse de que Luo Ling consumía drogas, había sido vengada por esta, se volvió adicta a la heroína y fue violada.
Ahora que había regresado a esta encarnación anterior, lo primero que hizo fue encargarse de su problemática hermana Luo Ling. La novia de su amigo ahora debería estar a salvo.
La razón por la que estaba tan ansioso era porque la novia de su amigo se parecía exactamente a Liao Ziyun. Dado lo que ocurrió en otra encarnación anterior a la que también había regresado no hace mucho, esa chica podría ser Liao Ziyun.
Al llegar a la universidad, Luo Feng corrió a los dormitorios de chicas y pidió que alguien buscara a una chica llamada Wu Min.
Sin embargo, unos minutos después, en vez de ver a Wu Min bajando, la observó peleando bajo un árbol, sujetando el cabello de su oponente.
La chica que estaba siendo golpeada también la conocía. Era compañera de clase de Luo Ling, una con la que ella solía juntarse.
Inmediatamente corrió en esa dirección y a medio camino escuchó a Wu Min darle una fuerte bofetada a la otra mientras gritaba:
—¡Difamadora! ¡Ladrona! ¡Traicionera! ¡¿Te atreves a seducir a mi novio?!
Wu Min abofeteaba con tanta fuerza que los presentes se quedaron pasmados. Aquellos que habían pensado en intervenir decidieron no hacerlo, temiendo que Wu Min les diera también a ellos.
Luo Feng no intentó detenerla, solo se quedó mirando. Cuando Wu Min se cansó y empujó a la chica al suelo, él se acercó y llamó:
—Ziyun.
No estaba cien por ciento seguro de que fuera Liao Ziyun, así que su tono fue algo dudoso, pero para su sorpresa, ella alzó la cabeza de inmediato y, viéndolo con una mezcla de asombro y alegría, exclamó:
—¡Hermano de secta!
Luo Feng sonrió por dentro con una sonrisa amarga. Lo sabía.
Pero, ¿por qué en ambas encarnaciones anteriores se encontraba con Liao Ziyun antes que con Mu Yun?
Preferiría encontrarse con su amada primero. ¡Sería perfecto si se gustaran a primera vista y terminaran directo en la cama!
—¿Por qué tan alterada al comienzo de tu nueva vida? —sonrió Luo Feng.
—Ja, ¡no lo vas a creer! ¡Esa perra sedujo a mi novio a mis espaldas! Se hacía pasar por mi mejor amiga mientras trataba de ligarse a mi novio. ¿Cómo no iba a patearle el trasero? ¡Se lo merece todo! —bufó Liao Ziyun.
Luo Feng señaló hacia otro lado y dijo:
—Vamos allá y platicamos de cómo encontrar a Mu Yun y a los demás.
—¡Va!